domingo, 31 de octubre de 2010

Tenemos lo que nos merecemos

He aquí al responsable de los hechos. Este individuo que posa ante una cámara sentado en una mesa de manera tan natural es el alcalde de Benaguasil (Valencia).

(Fuente)


Escuché ayer en la radio la noticia de una discoteca construida por el ayuntamiento de Benaguasil (Valencia) y financiada con 1,1 millones de euros con el dinero del celebérrimo Plan E y parece que con 50.000 euros por la Diputación de Valencia.

Solamente puedo quiero decir que tenemos lo que nos merecemos. Votamos a unos individuos que no tienen mejor idea que gastarse el dinero en hacer ¡discotecas públicas! Lo próximo será que hagan burdeles públicos.

Lo natural en un país civilizado sería que este individuo no volviera a ser alcalde de Benaguasil y tampoco llegase a ser presidente de su comunidad de vecinos, porque lo que ha demostrado es que es capaz de gastarse el dinero de TODOS en verdaderas gilipolleces. Lo mismo digo de la Diputación de Valencia.

Una muestra más de que necesitamos replantearnos la necesidad de algunas administraciones y sus competencias. Si no nos lo replanteamos la casta política que nos pastorea seguirá haciendo de las suyas y bajaremos a un pozo más hondo del que nos encontramos.

viernes, 29 de octubre de 2010

Francia - París - Blois (Día 5)

El quinto día en París nos levantamos, dejamos el hotel y nos fuimos Giovanni, Marilú y yo a por el coche. Queríamos añadir conductores porque no era prudente que fuera un solo conductor.

Nos dieron una furgoneta para nueve personas, con lo que el equipaje iba de sobra y nosotros también. Gracias a los mapas de Google Maps que llevávamos impresos desde España fuimos al hotel y salimos de París. Después de alguna duda, estábamos de camino a Blois y llegamos perfectamente a nuestro hotel. Un hotel que estaba a las afueras, junto a unos centros comerciales, donde había un restaurante, aparentemente de comida rápida, pero con los mejores desayunos.

Como Charlotte nos iba a abandonar al día siguiente (por el trabajo se tenía que volver), fuimos a uno de los castillos más destacados: Chambord.

La verdad es que fue el primer contacto con los castillos y fue impresionante.

Coincidimos con una exposición de Manolo Valdés.




Por supuesto impresiona la maravillosa escalera. Fue construida en el centro de 4 salas (en cada planta) con un diámetro de 9 metros y doble escalera de caracol, lo que hace que dos personas puedan subir y bajar sin cruzarse. Por su belleza y por lo elegante de la solución arquitectónica se dice que fue concebida por Leonardo (si no es verdad, podría serlo).


(Fuente)

Por la noche volvimos a Blois, paseamos un rato por la ciudad y cenamos exquisiteces, lo que se convirtió en rutina en el resto del viaje.

jueves, 28 de octubre de 2010

Francia - París (Día 4)

Después de este parón en publicaciones hoy continúo con las vacaciones de verano.

Tengo pocas fotos del cuarto día en París: lo dedicamos a los museos y no hice muchas. ¿Para qué? Hay libros, webs y mis amigos también hacían.

Primera etapa el Louvre. Maravilloso, como siempre. Había obras y tenían cerradas algunas salas, por lo que había que dar grandes rodeos para llegar a donde queríamos. Eso sí, no nos perdimos los imprescindibles, lo que le encantó a Charlotte, que visitaba por vez primera París.


Me encantan las salas de antigüedades egipcias.

Por la tarde fuimos al Museo D'Orsay. Allí no había estado en mis anteriores visitas y es impresionante.

Terminamos en la bella Plaza de los Vosgos, que estaba llena de gente tomando el sol y divirtiéndose.

Nos fuimos a la cama porque al día siguiente tocaba ir a por nuestro coche para salir de París.

martes, 19 de octubre de 2010

Ciencia y arte en uno

Un recuerdo para el matemático Mandelbrot, fallecido el pasado día 14.

domingo, 17 de octubre de 2010

Odisea para el cambio de una camisa

Hace un par de semanas se inauguró una tienda Hollister en Madrid. Para aquellos que no lo sepan, es la segunda marca de Abercrombie. El grupo está preparando su desembarco en España. Primero con las tiendas Hollister (Madrid y Barcelona) y después con Abercrombie (al menos una en la Plaza del Marqués de Salamanca, en Madrid).


Dos días después de la inauguración M. y yo aprovechamos una visita a la "Apple Store" que hay en el Centro Comercial Xanadú y pasamos a la tienda Hollister, porque la han instalado allí: donde Cristo dio las tres voces. Menos mal que unos amigos viven cerca y pudimos quedar con ellos para amenizar la tarde.

Primera impresión: dos maromos cachas en la puerta y en un bañador rojo. Ya empezaban los primeros fríos: ¿van a estar así todo el invierno? Aunque el centro comercial es bajo techo, creo que se van a enfriar los pobres.

Inauguración de la tienda Hollister en el SoHo
(Fuente)


El interior me recordó a la tienda Abercrombie de Nueva York: música a todo volumen e interior oscuro. Dependientas y dependientes monísimos y ropa... pues la típica de la marca. Me sorprendió ver que tenían uno o dos encargados americanos.

Le compré a mi sobrino un polo, por aquello de que está en edad de presumir y que además, le encantaron los que le traje de Abercrombie de NYC.

Cuando se lo llevé resultó que le quedaba pequeño, así que quedé con mi hermana y mi sobrino a los pocos días para ir a cambiarlo.

Fuimos un miércoles y creo que la aventura merece ser contada. Mi sobrino estaba alucinado con la belleza de las dependientas: "¿cómo es posible?" se preguntaba en voz alta. Digamos que tratan de que las dependientas y dependientes se acerquen a los modelos de su marca.

Bolsa de la marca


Ese día (entre semana) no había maromos en bañador a la puerta, pero los dependientes, cada vez que te veían sonreían con su mejor sonrisa profidén y decían "what's up!", pero de una manera que parecía que te estaban diciendo "guasaaaaaa".

Nos dirigimos a la caja y les comentamos que queríamos hacer un cambio, un dependiente guapo (no, guapo no, lo siguiente) nos atendió amablemente y se ofreció a buscarnos la siguiente talla. Al cabo de un par de minutos nos trae el polo de la siguiente talla. Cuando le va a quitar la etiqueta de seguridad duda, hace fuerzas y llama a una de sus compañeras (más espabilada, sin duda) que la quita sin dificultad, PERO el polo estaba roto. En sus esfuerzos por quitar la etiqueta, el adonis había roto el polo. Va a por otro y nos informa de que no quedan tallas y que va al almacén a buscar más. Vuelve a los cinco minutos y dice que ya no queda esa talla: o nos devuelven el dinero o elegimos otra cosa. Elegimos la segunda opción y buscamos otro polo y nos volvemos a dirigir al mismo dependiente guapo (no, guapo no, lo siguiente). Entonces empieza a pulsar en el ordenador de la caja hasta que se queda parado y no sabe qué hacer. Llama a la misma compañera espabilada que le orienta y tras muchos intentos consiguen que el ordenador haga un cambio de un producto por otro. En total unos ¡15 minutos!

Mientras eso sucede me he dado una vuelta por el local y veo una camisa que me gusta y decido comprarla: menos mal que no teníamos prisa porque si no, ¡craso error! Me dirijo a la caja y me atiende otro muchacho diferente pero igualmente guapo (no, guapo no, lo siguiente). Empieza a manipular el ordenador y se da cuenta de que no hay etiqueta con su código de barras. Se queda ¡paralizado! y, después de algunas dudas, pide ayuda al encargado americano que tiene a su lado.

No di crédito a lo que escuchaba: el encargado le dice con su pronunciado acento anglosajón "le debes preguntar al cliente: por favor, ¿de dónde ha cogido la camisa para coger una igual que tenga etiqueta?" y el muchacho guapo (guapo no, lo siguiente) repitió exactamente sus palabras con la mejor de sus sonrisas.

Acompañé al dependiente hasta el lugar de donde había cogido la camisa y... era la última de mi talla. Así que me dijo que se iba al almacén para buscarla.

Pasaban los minutos, el muchacho guapo (no, guap...) iba y venía y en uno de sus viajes me dice que no encuentra la camisa "porque en el almacén hay muchas estanterías, ¿sabe?". No quise mirar a mi hermana ni a mi sobrino, porque temía romper a reir en la cara del segundo adonis. Pero creo que había descubierto en ese momento que un almacén de una tienda de ropa puede tener muchas estanterías.

Después de unos 20 minutos, y justo cuando mi paciencia se agotaba llegó el guapo con la camisa y su etiqueta, ¡por fin!

Salimos de la tienda y no pudimos dejar de reir durante un buen rato y después reflexionar sobre la posible incompatibilidad entre la perfección física y la capacidad ¿intelectual? (No creo que haya que tener mucha capacidad intelectual para manejar un programa de ordenador de una tienda), marchamos a la tienda Apple.

Por cierto, el encargado americano les hacía repetir una y otra vez que tenían que decir a los clientes que podían "seguirles" en la página del Facebook y después de tanto lío, se les olvidó decírmelo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Emocionante

Emocionante. Ha sido muy emocionante. Solamente un ejemplo:

Rescatan a José Henríquez el "guía espiritual" de los mineros atrapados

Qué placer escuchar el castellano que hablaban casi todos los que han salido en las noticias. Hoy es un día para decir: ¡Viva Chile!

¿Y si cambiamos al padre de Alba y Laura y a Rajoy por este Piñera? No creo que fuésemos a ir peor.

viernes, 8 de octubre de 2010

Aquí sigo

Aunque hace mucho que no cuento nada por aquí, sigo por estos lares, pero perezoso.

Hoy nos vamos a Lisboa.

Nos vemos a la vuelta.