sábado, 18 de agosto de 2012

Volver con la frente despejada

Ya estoy de vuelta. Hace casi un mes que no aparezco por estos lares, pero es difícil actualizar en mis circunstancias.

Resumo: mucho trabajo, por las noches pocas ganas de escribir cosas coherentes y menos con mi madre al lado. Un viaje de trabajo-placer a Gran Canaria y las vacaciones (cortas, siempre cortas) en Irlanda.

En Gran Canaria fue bien, aunque corto, por supuesto. Lo mejor es que fuimos M. y yo aunque fuera un viaje de trabajo. El jueves 19 de julio llegamos y vimos a nuestro admirado Starfighter, que tuvo el detallazo de venir a por nosotros. Nos registramos en el hotel y fuimos a ver a mi "tía" (lo entrecomillo porque no es tía carnal sino prima de mi padre). Pensaba invitarla a cenar junto a sus hijos y ella en un ratín hizo unas papas y algunas delicias más... es la pera. Luego fuimos a ver la casa de una de sus hijas, desde donde se domina toda la ciudad. Además la ha decorado muy bien.
Playa de las Canteras desde la Puntilla


Al día siguiente M. fue a ver Las Palmas como Dios manda mientras yo estaba en la reunión. Antes fui a mi antigua oficina donde vi a los antiguos compañeros, nos echamos unas risas y nos tomamos un café. Incluso me dieron la última nómina en Las Palmas, que la tenían guardada desde hace 5 años.

Después de la reunión (que fue muy interesante y de la que me llevé "deberes") nos invitaron a comer. Al final solamente estábamos tres personas en la comida. Nuestro anfitrión nos llevó a un restaurante y, sin yo decir ni pío, pidió exactamente las cosas que me gustan: longorones, gofio escaldao y una cola de pescado que estaba exquisita. Todo regado con un buen vino de Lanzarote.

Por la noche nos invitó a cenar en su casa nuestro querido mokko007 (este chico ya no escribe nada) y su maravilloso (encantador, simpático, ... ¡vaya joya!) marido junto a starfighter. Quedamos anonadados con la cena que habían preparado los anfitriones y encantados con su casa. PRECIOSA. Eso sí, creo que todavía estoy deshaciéndome de los dulces que había para el postre: no hay nadie más goloso que los canarios.

Al día siguiente fuimos de excursión con starfighter. Primero visitamos Arucas.
Iglesia de San Juan de Arucas

Casco antiguo de Arucas

La montaña de Arucas

Después fuimos a Moya y de ahí a la cumbre. La pena es que este año ha llovido poco en la isla y no estaba tan bonita como otras veces. Encima esos días había calima y nos perdimos el "mar de nubes".

Ya en la subida a la cumbre M. se fue mareando, y es que no me di cuenta. Como yo no me suelo marear, no soy consiente de la cantidad de curvas que hay en el camino. Así que no pudo disfrutar de la cumbre como se merece.
Roque Nublo con calima

Después de comer en Fataga llegamos al hotel y starfighter volvió a Las Palmas. Elegir el hotel fue mi "lobá" del verano. Encima al llegar nos dicen que como no está lleno, aunque habíamos reservado habitaciones sin vistas, nos van a dar una con vistas (oye oye oye oye).
Para rematar la faena, desde una puertecita que no se ve en la foto se accede directamente a MI playa de Maspalomas. Casi ná.

Starfighter se vino al día siguiente para no perder el color que tiene (marditos roedores). Allí estuvimos relajados, playa, piscina. Solamente indicar que lo que hay en la esquina de la piscina (parte inferior izquierda de la foto) es un jacuzzi automático.

Magnífico desayuno a pesar de la "original" moqueta.

Cena en alguno de los restaurantes que hay allí (japonés, italiano), tentativa de comprar algo de ropa. Y poco más.

El lunes M. se volvió a Madrid porque al día siguiente marchaba a Lisboa a un concierto de su amado Morrissey. Lo malo es que cuando ya estaba en Lisboa suspendieron el concierto. Yo me quedé hasta el martes porque me había cogido dos de esos "moscosos" que no disfrutaremos el año que viene (los que más pierden son los del hotel al que no podré ir al no tener "moscosos").

Al volver, el martes, me llevé media tienda de productos canarios del aeropuerto ya que el viernes siguiente teníamos cena con amigos y me propuse hacerles alguna exquisitez, así que me llevé hasta un kilo de papas... (por cierto, me salieron MUY ricas). Esa fue otra pequeña "lobá", porque el vino subió la cuenta... Menos mal que el avión era grande y no iba lleno, porque llevaba muchísimas cosas. Por cierto, me vendieron un mojo de almendras hecho en Firgas que estaba buenísimo.
Lo único es que iba lleno de matrimonios con niños y eran absolutamente insoportables, tanto los niños como sus padres. Deberían pensar en el negocio que podría ser el tener vuelos sin niños. Así que volví a Madrid con la frente y la cabeza despejadas, aunque entre las reuniones y mi madre, casi se me olvida pronto la escapada.