sábado, 19 de octubre de 2013

Seguimos en la brecha

Aquí sigo sobreviviendo al caos. Sigo levantándome dos veces cada noche para despinzar y volver a pinzar la sonda de mi madre a ver si su vejiga reacciona de una vez y le pueden quitar la sonda. Confieso que ha habido un par de noches que de puro cansancio no he reaccionado ante el despertador y he seguido durmiendo. Ha tenido una efecto positivo: a mi madre le ha "dolido", al menos algo reacciona. Eso sí, estas noches en dos o tres actos me están dejando para el arrastre.

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En el trabajo voy sobreviviendo también al caos de nuestro gobierno. Ayer aprendí que a nuestra cabeza ministerial, cuando se le prepara una intervención en el Congreso o el Senado le gusta ser la última en hablar dando la puntilla. La secuencia es la siguiente: un diputado o senador de la oposición pregunta algún dato concreto ("¿dónde vas?") y nuestro "amado líder" responde con algo que no se parece ni remotamente a la respuesta que debería dar ("manzanas traigo"). A continuación el diputado opositor rehace la pregunta creyendo que va a dar una buena estocada y es en ese momento cuando nuestro iletrado cabeza ministerial responde con toda la retahíla de datos con la que debería haber contestado al principio y llamando tonto (implícitamente) al diputado opositor. No sirvo para político: yo hubiera dado los datos y sanseacabó.



Por cierto, cuando se le prepara una intervención oral hay que prepararla completa, es decir, hay que escribir TODO. No se le dan unas líneas y el "amado líder" responde, sino que hay que escribirle hasta los estornudos.

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Por cierto, hablando del gobierno y de los "ex" del gobierno me pregunto: ¿cómo habrá sentado a los meapilas que hay dentro del gobierno y dentro del PP el asunto del hijo de Sánchez Camacho y Pimentel? Cuando leí la noticia creí haber tomado alguna seta alucinógena.

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A mi cansancio perpetuo contribuyó esta semana un nuevo motivo de tensión: la dichosa herencia de mi tía que mi madre estaba resolviendo junto a una de mis tías. Una de sus hermanas falleció hace año y medio y, en contra de mi parecer, se ha dedicado a arreglar los papeles junto a mi tía la abogada (que es una serpiente), en su nombre y en nombre de las monjas.

A pesar de que sus hermanas solamente la quieren para que les arregle papeles, mi madre tiene un "sentido del deber" incomprensible y hace cualquier sacrificio por ellas y por la dichosa herencia. Creo que van a sacar algo de dinero (no mucho) pero mi madre ha trabajado como una mula para ello. Las grandes beneficiadas serán las p*tas monjas, que no dan un palo al agua. Lo malo es que ahora no puede seguir trabajando y... ¿a quién le va a tocar el marrón?

Pues bien, esta semana tenían que formalizar la venta de una pequeña propiedad y mi tía me hizo un chantaje descarado para que YO la acompañase a la capital castellana, a pesar de que ella ya tenía todos los poderes notariales para actuar en nombre de todas las hermanas. Me tocó gestionar el que un notario hiciera un poder para que mi madre delegara en mi tía, y lidiar muy diplomáticamente con ella para evitar acompañarla. Cualquier día, mi vena diplomática se agotará y empezaré a repartir h*stias a diestro y siniestro y saldré en las noticias por haber pegado a unas ancianas entre las que había un par de monjas orates. Ya avisé a mi madre que entre ella y sus hermanas me estaban tocando los coj*nes por encima de sus posibilidades.

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Se fue el verano y casi el otoño, así que habrá que volver a ponerse la ropa de invierno.



sábado, 12 de octubre de 2013

Inspiración

Cuando un compositor está inspirado crea piezas únicas.