lunes, 29 de agosto de 2016

La exposición de los milagros

Hoy fuimos a ver la exposición de "El Bosco", M., cierto tenor que canta en tierras bárbaras y el que esto escribe.

Hablaba con mis compañeros de aventura el milagro que suponía estar allí presentes por varios motivos.


El primero, es el milagro de que a alguien que pintaba como El Bosco, esos seres imaginarios que parecen salidos de una noche de pesadilla, no le hubieran quemado en la hoguera.

El segundo es el milagro de que un pintor que pintaba esas rarezas hubiera tenido éxito y sus cuadros hubieran sido cotizados.

El tercero es el milagro de que un cuadro como "El Jardín de las Delicias" se encuentre en el Museo del Prado. Que le gustase a Felipe II, aunque si nos sacudimos un poco la leyenda negra de nuestros prejuicios, no nos sorprendería tanto. Aunque me sorprende que a algún pollaboba posterior a Felipe II no quisiera quemar esas imágenes de pesadilla.

La parte negativa ha sido la cantidad de gente que había ante TODOS los cuadros. Las entradas compradas con unos días de antelación y con hora de visita asignada para evitar aglomeraciones, no lo ha conseguido. Hay aglomeraciones que impiden disfrutar de la exposición tanto como deberíamos. No obstante, no me extraña que una "boscomanía" haya recorrido Madrid: la exposición es una maravilla.