domingo, 18 de diciembre de 2011

Mozart, la música y el Papa

Casualmente he encontrado un texto que escribió Benedicto XVI sobre la música de Mozart. Solamente puedo decir que me han parecido conmovedoras. Ha conseguido verbalizar un sentimiento común que es la rendición ante la obra de Mozart. Pensaba poner a continuación un video de youtube con alguna interpretación, pero el texto es tan bueno, que me limito a copiar y pegar:

«Cuando en nuestra parroquia de Traunstein, en los días de fiesta, tocaban una misa de Mozart, a mí, que era un niño pequeño que venía del campo, me parecía como si estuvieran abiertos los cielos. Delante, en el presbiterio, se formaban columnas de incienso, en las que se quebraba la luz del sol; en el altar tenía lugar la celebración sagrada, de la que sabíamos que abría para nosotros el cielo. Y desde el coro resonaba una música que sólo podía venir del cielo, una música en la que se nos revelaba el júbilo de los ángeles por la belleza de Dios. Algo de esta belleza estaba entonces entre nosotros.

Tengo que decir que algo así me sucede todavía, cuando oigo a Mozart. En Beethoven oigo y siento el empeño del genio por dar lo máximo, y de hecho su música tiene una grandeza que me llega a lo más íntimo. Pero el esfuerzo apasionado de este hombre resulta perceptible, y a veces, en un paso u otro, en su música parece notarse también un poco esta fatiga. Mozart es pura inspiración –o, al menos, así lo siento yo–. Cada tono es correcto y no podría ser de otra manera. El mensaje está sencillamente presente. Y no hay en ello nada banal, nada sólo lúdico. El ser no está empequeñecido ni armonizado falsamente. No deja fuera nada de su grandeza y de su peso, sino que todo se convierte en una totalidad, en la que sentimos la redención también de lo oscuro de nuestra vida y percibimos lo bello de la verdad, de lo que tantas veces querríamos dudar.

La alegría que Mozart nos regala, y que yo siento de nuevo en cada encuentro con él, no se basa en dejar fuera una parte de la realidad, sino que es expresión de una percepción más elevada del todo, que yo sólo puedo caracterizar como una inspiración, de la que parecen fluir sus composiciones como si fueran evidentes. De modo que, oyendo la música de Mozart, queda en mí últimamente un agradecimiento, porque él nos ha regalado todo esto, y un agradecimiento, porque esto le haya sido regalado a él».

3 comentarios:

starfighter dijo...

Yo sólo puedo decir que Mozart siempre me alegra el día, que todo parece tan fácil en sus obras que te empuja a disfrutar de las cosas, de todos los momentos y situaciones, de la gente. Y que me hubiese encantado vivir en el siglo XVIII para conocerlo. Por eso es uno de mis compositores favoritos.

Eleuterio dijo...

Aunque no lo soporte al autor, me gustó el texto y me pareció muy preciso.

Pernam dijo...

De verdad que yo querría sentir algo así, y mira que lo intento, pero debo tener algún receptor sensitivo estropeado.