sábado, 16 de febrero de 2013

Y más...

Esta semana los padres de M. tuvieron un percance de salud. Su padre con una neumonía y su madre con un infarto en un ojo, así que tuvieron que ir a urgencias los dos a la vez. Menos mal que a su padre le dieron el alta y su madre ya entró en la rueda de médicos y parece que ha mantenido buena agudez visual.

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Ya no sé qué pensar en el trabajo: a la semana siguiente de ofrecerme ser subdirector ajunto me ofrecieron ir a "desfacer entuertos" a cierto lugar remoto (una de esas antiguas repúblicas soviéticas) porque el director del proyecto que tenemos allí se dedica a liarla parda. Mi jefe está tan cabreado con él que incluso es graciosa la lista de "castigos" que se le ocurren. Pensé que se querían librar de mi, pero también que quieren que vaya de apagafuegos, lo que denota cierta confianza. Lo malo es que a ese proyecto le queda un año y medio, muy bien pagado, eso sí.


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Esta semana me estuvieron contando las puñaladas en el seno del partido gubernamental y del partido de la oposición. Increíble.

En el trabajo me pasé media semana haciendo un informe "urgente" (como es natural) que no sirve absolutamente para nada, como es natural. Nos estamos preocupando de hacer nuestro trabajo lo mejor posible, aunque es complicado con tanta estupidez por encima de nosotros.

Una de las cosas que más me fastidió fue la actitud de dos de mis compañeros que se creían que yo era su esclavo y me "pidieron" las cosas por correo electrónico con unas maneras un poco feas. Voy a pensar que fue el efecto del correo electrónico ya que estaban fuera de España. Ayer viernes me dio tal bajón a media mañana que no tuve ni ganas de comer. Por la tarde estaba hecho polvo.

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No he estado muy pendiente de los casos de corrupción. Ya es tanto que me supera: subvenciones sin control, escuchas, sobres, sobresueldos sospechosísimos, etc. Alguien se está ganando que pongan una guillotina en muchas plazas y empezar a cortar cabezas. Lo malo es que después de lo que me contaron, hay que cortar muchas cabezas, en el gobierno, en la oposición y en los partidos minoritarios.

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Como se puede suponer, ha sido la mayor parte de los días que podía ir a la piscina no tenía ganas, y los días que tenía ganas no podía ir.



4 comentarios:

Pernam dijo...

Te comprendo perfectamente. Cuando uno rasca un poco en el sistema, se le llenan las uñas de mierda. Da igual en la pared a la que acerques la mano, todo está mohoso.

Lo peor de colocar guillotinas en las plazas públicas es que, una vez finalizado el corte de cabezas, seguro que se instauraba un gobierno de Jacobinos que nos haría añorar tiempos pasados.

Así nos las gastamos por aquí.

starfighter dijo...

La podredumbre del sistema es que llega hasta los cimientos y habría casi que empezar de cero.

Me alegro mucho que confíen en tí para esos proyectos, vales para eso y más chiquillo. Pero cuidate que si no vas a acabar para el arrastre ;)

LUISA dijo...

Que te dire yo de corrupcion!en mi pais es casi un arte,sin mas la situacion que vivimos actualmente!

Por supuesto que eres muy bueno en lo tuyo y alguien en quien confiar,pero cuidate la salud y la paz espiritual,cuidado con ciertos encargos!

Espero que los padres de M esten mejor!

SIEMPRE TE AGRADESCO ESAS BELLAS IMAGENES QUE COLOCAS PARA COMPLEMENTAR TUS ESCRITOS!

Sufur dijo...

En efecto, amigo mío. Yo siempre me he considerado un afrancesado: va a siendo hora de desempolvar ese invento francés tan característico, la guillotina... Si quieres enterarte del último grito en escuchas, pásate por mi blog :-P