Hoy hemos vuelto de los Estados Unidos: vuelo de diez horas San Francisco-París y luego un París-Madrid. Los vuelos han ido perfectos: mayor puntualidad imposible y las maletas han salido entre el primer grupo. Eso sí, el aterrizaje del París-Madrid ha sido bastante movido. Yo no quería decirle nada a Charlotte, pero bajaba el avión de una manera extraña y muy brusca. A la salida ha habido encuentro de la madre de
M. con mi madre... Son las 22:30 y ¡no tengo sueño!
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