Anteayer estaba duchándome cuando sonó el teléfono. Mi madre me dijo que su único primo había muerto en la ciudad castellaa donde vivía. Tenía 85 años, y había salido recientemente de una operación de cadera con éxito. Se estaba recuperando muy bien y, repentinamente, tuvo una embolia y murió. Así que comencé el año visitando un tanatorio, al igual que la semana anterior.
Mi madre ha tenido altibajos en su relación con su primo. Muchos años de maravilla, ya que eran los únicos y se llevaban muy bien. Cuando murió la madre de mi primo y su padre empezó a hacer ciertas "faenas" a mi madre y sus hermanas la relación se enfrió. Los últimos años, creo que mejoró, pues el primo recordaba cada vez más los tiempos jóvenes (como les suele ocurrir a las personas mayores). Este señor, se casó mayor (52 años) y tiene una hija treintañera.
Después de ducharme el martes fuimos a comprar los regalos de Reyes. A la vuelta a casa planeamos ir el miércoles al entierro y volver en el día o, si terminábamos tarde de comer con nuestra familia (que iría, previsiblemente) quedarnos en un hotel y volver hoy. Después de comer pensé que lo mejor era salir inmediatamente, llegar al tanatorio, acompañar a su mujer e hija y, al día siguiente, ir al entierro tranquilamente, sin los agobios de los atascos de salida de Madrid, las obras u otros imprevistos.
En el tanatorio vi a la hija de este señor, destrozada por el cansancio y la sorpresa ante el fallecimiento inesperado. Estuvimos con su madre (bastante más joven que su marido). Al cabo de un rato, por azar, me quedé a solas con su hija (a quien apenas he visto siete u ocho veces en reuniones familiares) y me negué a decirle las frases hechas que se suelen decir en estos casos. Le dije que le iba a echar de menos, que iba a llorar, a estra triste, pero que pensase que ha tenido la suerte de tener un padre al que ha querido y que le ha querido durante más de treinta años. Le echarán de menos en las celebraciones, en las fiestas, en las Navidades. Las primeras serás duras, pero no serán las únicas en las que le recordarán y por unos momentos, tengan un nudo en la garganta al pensar en él. Muchas veces pensará en si está haciendo las cosas bien o mal y cómo las hubiera hecho su padre. Pero en cualquier caso, debía estar contenta por haber tenido la suerte de haberle tenido con ella.
Ferragosto
Hace 3 meses
1 comentario:
Primero:Feliz dia de Reyes,aunque por aqui no se celebra tanto!
Segundo:yo tambien digo lo mismo a las personas,en esos casos;el primer año es durisimo,pero tambien es un dolor que no desparece,una aprende a vivir con el y es disminuido por los buenos recuerdos y por la fe ,de que la separacion es temporal,pues ya nos tocara a nosotros!
Tercero:me he acordado mucho de ti,porque me regalaron un cd de Rafael,en sus 50 años de vida artistica,esta espectacular!
Un abrazote desde aqui!que la vuelta al trabajo no sea muy dura1ja ja!
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