martes, 1 de febrero de 2011

Días de frío

Estos días no he escrito nada por estos lares, y muy poco por el Facebook, algo más accesible gracias a esa maravilla que es el iPhone 4.

Como ya vieron mis amables lectores (y los no amables también lo vieron), el día 14 de enero nos fuimos M. y yo a Cuenca a disfrutar del regalo de Reyes que me trajeron en su casa: una noche en el Parador de Cuenca. Es maravilloso, un parador precioso en un edificio perfectamente acondicionado, con calefacción a prueba de bombas y a dos pasos del centro. Disfrutamos de la ciudad nada más llegar ese viernes, ya que nos fuimos a comer a "El Figón del Huécar", donde comimos un maravilloso ajoarriero y el sabrosísimo cuchifrito, entre otras viandas.

Vista desde el parador de Cuenca


Ajoarriero


Cuchifrito


En el parador disfrutamos incluso de la sauna, que encendieron para nosotros. Nuestros cuerpos, nuestras pieles y nuestras mentes lo agradecieron. Por cierto, el desayuno es espectacular.

Interior del Parador de Cuenca

El pobre M. tuvo un pequeño percance puesto que no le sentó muy bien la cena. Lo achacamos a que en los huevos rotos que pedimos, habían incluido abundante cebolla. La conclusión es que M. ha desarrollado no solo repugnancia a la cebolla, sino cierta intolerancia.

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A la vuelta de Cuenca vimos una exposición muy interesante en la librería Panta Rhei con ilustraciones de Neus Bruguera inspiradas en "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino. Realmente bonita y asequible. Estuvimos tentados de llevarnos alguna de las láminas.

Una de las láminas de la exposición de Neus Bruguera


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El otro día fuimos a FITUR (la Feria Internacional del Turismo). Este año estamos un poco despistados: queríamos ir a Tailandia, pero me parece que nuestras ecnocmías no nos lo permiten. Además, nuestra amiga Charlotte está agobiada con la entrega de un proyecto de trabajo y no sabe si podría disponer de la primera quincena de agosto. Una posibilidad más cercana es la Toscana y otra posible sugerencia es Alsacia y Lorena, en Francia, con alguna incursión en Alemania.


Incauta visitante dando el espectáculo ¡gratis!


Ese día vimos a una monja que salía de FITUR cargada de bolsas. Seguramente es paraponer posters en un colegio, pero no deja de ser curioso. También nos resultó curioso que cuando fuimos a comer a un restaurante (Divina La Cocina, en Chueca) había un grupo de unas 10 ó 12 monjas comiendo.

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La vuelta al trabajo fue tormentosa puesto que como era previsible, la aplicación del nuevo Real Decreto no está nada clara, así que en contra de las previsiones de mis jefes y otros, habrá que hacer unas "instrucciones de uso" para nuestras oficinas y los ciudadanos. Por cierto, como yo había vaticinado. Hice un documento ordenando todas las dudas surgidas en todas las oficinas y al final resultó ser el documento de trabajo.

Al menos no me toca escribir el grueso de las instrucciones, solamente las que a mi me atañen, que no son pocas.

En el trabajo pasa algo que me pone de los nervios: la calefacción funciona "de vez en cuando", nada más. Eso implica que en general, nos helamos por las mañanas y nos cocemos algunas tardes.

También ha ocurrido algo que al final me ha enfadado en cierta medida: el otro día me enviaron un correo electrónico convocando una reunión en Bruselas, la verdad es que con poco tiempo para lo que suelen ser las convocatorias de la Comisión Europea. Empecé la tramitación del viaje a Bruselas: lo primero me extrañó que el vuelo ya no era tan barato como en noviembre, cuando volé allí. La agencia de viajes ha hecho un descuento de 2 euros en un total de 493. Así que ¡viva el ahorro!

Lo segundo que ocurrió fue que después me pidieron toda clase de justificaciones para ir al viaje, incluida una llamada de un Subdirector que no es mi jefe. Esta fue la parte más surrealista: me explicó que me llamaba porque le habían dicho que evaluara la necesidad de mi viaje y no hay mucho dinero. Me preguntó si era interesante la reunión a lo que respondí citando los temas en los que debemos estar enterados. Él dudaba, y entonces le dije: "en realidad no tengo ganas de ir, porque es una paliza". En ese instante sus dudas acabaron y dijo "vale, sí vas". Parece que es como si me quisiera fastidiar ¿verdad?

Hoy me ha llamado una de las secretarias implicadas en todo el proceso para informarme de que este año me van a autorizar este viaje y nada más. La verdad es que me he enfadado un poco porque parece que me voy de vacaciones y me las va a pagar la Administración española. La realidad es bien diferente: llego a Bruselas un jueves por la tarde, del aeropuerto iré al hotel y cenaré por allí. El viernes iré del hotel a la reunión. Me pasaré el viernes aguantando un peñazo en inglés (me sigue costando mucho concentrarme y termino con dolor de cabeza) y de la sala de reuniones directo al aeropuerto. Si todo va bien, llegaré a Madrid un viernes a las 11 de la noche. ¿Eso son vacaciones? ¡Por favor, que las reuniones sean en Miami!

¿Será cierto que en Miami existen maromos como los que anuncia Abercrombie en su nueva tienda en Madrid?

Anuncio en la PLaza del Marqués de Salamanca (Madrid)

¿Pondrán en Madrid maromos como los de NYC en la puerta de la tienda?

3 comentarios:

Eleuterio dijo...

Sí, y te babearás como un marrano...

¡Y ya me distraje de nuevo!

rickisimus2 dijo...

¿Babear yo?

starfighter dijo...

Cuando abran la tienda de Abercrombie en Madrid te aseguro que voy a sacarme la foto de rigor con los maromazos, porque habrá maromazos ¿no?

Ainss, la administración y sus controles, para unas cosas que para otras siguen gastando como si el mundo se fuese a acabar mañana.