No he podido resistir la tentación de jugar un poco con alguna foto para dejar cierto aire fantasmal.
Después entramos a visitar la Sainte Chapelle. Giovanni no estaba especialmente ilusionado en verla, pero a mi me parece un edificio fascinante, tanto por su historia como por su arquitectura. Está en el interior del Ministerio de Justicia y, por tanto, para entrar hay que superar unos controles de entrada como los del aeropuerto. Además es una capilla relativamente pequeña así que la espera para entrar puede ser bastante larga. Calculo que estuvimos cerca de 1 hora.
Su construcción fue ordenada por Luis IX de Francia (San Luis) para albergar las reliquias que había adquirido. Su estilo es gótico y deslumbran sus maravillosas vidrieras, especialmente en días soleados.
Tiene dos capillas: la inferior estaba destinada a los cortesanos y está dedicada a la Virgen, mientras que la superior estaba destinada al uso de la realeza y nobleza.
(Detalle de la entrada)
(Fuente)
La Capilla inferior tiene una decoración de flores de lis, símbolo de la casa real francesa, y castillos, símbolo del reino de Castilla, ya que San Luis era hijo de Blanca de Castilla (hija de Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet y nieta por parte materna de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania).
La Capilla superior tiene unos vitrales excepcionales. Lástima que algunos de ellos estén en restauración, por lo que no se puede apreciar la grandeza gótica completamente.
(Fuente)
A la salida marchamos a la cercana Nôtre Dame. Llena de gente pero maravillosa, luciendo sus gárgolas.
Comimos en la vecina Île de St. Louis en un pequeñísimo restaurante y seguimos nuestro camino hacia el barrio latino. Llegamos a los Jardines de Luxemburgo donde descansamos unos minutos
y allí tomamos el metro para visitar el Sacre Coeur (la Basílica del Sagrado Corazón) en Montmartre. Antes de subir, M. detectó una galería donde entramos y... se compró un cuadro. La excelente vendedora nos vendió también un magnífico marco. A Marilú le gustó tanto que se compró un cuadro de otro artista pero se compró un marco igual. Así que nos tocó ir con los cuadritos a cuestas el resto del viaje.
(Fuente)
Al bajar vimos Le Moulin de la Galette
y charlando y caminando terminamos junto al Moulin Rouge.
3 comentarios:
Yo no visité la Saint Chapelle ni los jardines de Luxemburgo. Debieron ser fantásticos. El resto de la entreda me trae maravillosos recuerdos y muchísimas ganas de volver.
La Saint Chapelle bien merece la cola y el sablazo de la entrada, es una maravilla. Y me gustó más el barrio de Montmartre y las callejuelas y los dos molinos que el propio Sacre Coeur. Qué recuerdos...
Tengo que volver a ir, pero esta vez con F. quien no conoce París.
Nos compraremos una guía de la ciudad como corresponde.
Publicar un comentario