(Fuente)
Unos días de mucha tensión: dar formación a un par de compañeros de otras oficinas, ser escudero de mi Director y mi jefe, la conferencia, los guiris y el resultado de los trabajos en Barcelona con ellos. Llegué con los guantes puestos y no hizo falta golpear a nadie.
Los compañeros españoles que escogí fueron perfectos, acerté plenamente al elegirles a ellos. Son razonables, exigentes en su justa medida, y les ha gustado mucho la experiencia con los funcionarios de otras Administraciones. La verdad es que el grupo es muy majo y se aprende con ellos hasta el más mínimo rincón de la legislación europea.
En la conferencia me puse menos nervioso de lo que esperaba, quizá porque el tema lo dominaba totalmente. Fue un ladrillo de tal magnitud (solamente 15 minutos ¿eh?) que mi jefe se durmió y el director también. Mi jefe se durmió en las cuatro conferencias, y en las tres siguientes a la mía no solo cabeceó, sino que se inclinó ostentosamente hacia mi hombro y soltó un par de ronquidos...
Con los guiris nos fue muy bien. Los trabajos con ellos salieron mejor que la media, incluso demasiado bien. Se nota el trabajo de mis predecesoras de los últimos tres o cuatro años y la perfecta organización de Barcelona. Yo iba con mentalidad más guerrera y me quedé muy relajadito. Encima, lo que pretendíamos hacer en dos días, lo hicimos solamente en uno.
Para rematar la faena hizo un tiempo fantástico y el viernes pudimos comer al aire libre en el Port Vell junto a los barquitos. Mientras en Helsinki había 5 ºC, en Barcelona comíamos al aire libre y en mangas de camisa.
También pude ver a mis amigos de allí, cenar juntos y charlar un ratito... ¡hasta las 2 de la mañana!
Además me compré una camiseta que me gustó. Es como la de la imagen pero con los colores invertidos.
Lo único malo es que se me olvidó el abrigo en Barcelona porque ¡no se necesitaba! Pero lo recuperaré la semana que viene.
2 comentarios:
Te tomo la palabra , la próxima vez que esté por los madriles no te escapas ( uyuyuy suena a amenaza...)
besukos
mokko
Jajaja, ¡ni que me fueras a pegar!
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