De viaje a Jerez

Pues casi no cuento nada, porque M. lo ha hecho muy bien en su blog.

Solamente destacar que estoy haciendo una cura de desintoxicación de pescaíto y fritos en general. El domingo fue brutal: churros para desayunar, pescaíto para comer y pescaíto en el Romerijo para cenar. Como la cena del sábado también había sido pescaíto, M. se puso malo por la noche...

Estoy descargando las fotografías y he hecho ¡153 fotos! Claro, que había algunas que eran obligatorias, como la de la primera comunión de M., con una cara de misticismo que ni San Juan de la Cruz, la de su madre saludando al Rey mientras miraba a la cámara (no al Rey), Charlotte cambiándose de calcetines en las calles de Jerez y alguna que otra más.

Arcos es un lugar especial. Lástima que tuviéramos un huracán encima cuando estábamos allí.



El domingo llovió en Cádiz, pero tuvimos un rato en el que las nubes nos dieron una tregua.



Además pudimos homenajear a la Constitución de 1812, en estos tiempos en que estamos tan despistados políticamente hablando.



¡Qué bonitas las bodegas de Tío Pepe! Solamente me quedé con la frustración de no ver a los "alegres ratoncillos de Jerez", a los que ponen una copita y se acercan a beberla (¿es una turistada? pues me hace gracia ver a ratoncillos bebiendo Jerez del bueno).

Todo preparado para que beban los ratones

¡Qué bonitas las calles de Jerez adornadas con naranjos!

Me gustó como lugar de celebración de bodas la bodega "Los Apóstoles" (dentro de la González Byass), pero no me gustaron mucho algunos trajes de ceremonia que exhibían algunas tiendas de Jerez.





También pudimos ver que las tonterías llegan a todas partes. Al cruzar un semáforo pudimos ver esto:





Me pregunto cuánto habrá valido poner un semáforo que le va quitando y poniendo la falda al muñequito. Veo que la tasa de políticos tontos se reparte por igual en toda España.