lunes, 22 de diciembre de 2008

De viajes y huelgas de pilotos

El miércoles tenía mi viaje a Bruselas con esa compañía que antes tenía el lema: "Líneas aéreas de España", y que se dedicó durante décadas a extorsionar a aquellos que teníamos que ir a las Islas Canarias. Vino la competencia y las tarifas bajaron milagrosamente.

Pues bien, los pilotos de esa compañía están en huelga de celo porque no ganan lo suficiente. Si ahora hacen huelga de celo quiere decir que normalmente no hacen bien su trabajo.

Después de retrasos, esperas, idas y venidas, nos cancelaron el vuelo, y los muy cabr**** dieron billete en el siguiente vuelo a algunos pasajeros, pero no a todos (porque no había para todos). En el aeropuerto conocí a un funcionario y estuvimos contando nuestras aventuras y desventuras en las reuniones europeas. Tuvo lo que hay que tener y mientras yo llamaba al hotel de Bruselas a comunicar mi situación, él consiguió que nos metieran en el siguiente vuelo a los dos. Resultado: llegamos al hotel pasada la medianoche, cuando deberíamos haber estado allí a las 7 de la tarde. Yo tenía a reunión a las 11 de la mañana, pero él la tenía a las 8:30, así que no tuvo tiempo de dormir mucho.

Las reuniones han sido como siempre: a veces un verdadero coñazo en el que algunas personas se comen el tarro con la más mínima tontería.

El jueves volví a Chez Leon a cenar sus mejillones a la crema y un crepe Leon. Allí coincidí con el representante de Francia, que es bastante tímido, pero al cenar juntos y contarnos nuestras penas parece que ha habido buen rollito. Además hice el esfuerzo de hablar en mi olvidado francés durante toda la cena, lo que agardeció.

El viernes fui al aeropuerto con otros delegados y allí estuvimos juntos hasta que salieron nuestros aviones (el mío con casi dos horas de retraso). Y uno muy majo me invitó a la sala VIP del aeropuerto.

A la vuelta me esperaba M. y me trajo directamente a casa. Esta vez solamente compré un par de figuras de chocolate de San Nicolás porque me parecieron curiosas y estaban de oferta, ya que se celebró el 6 de diciembre. Por cierto, en bruselas hacía menos frío que en Madrid.

Por otra parte, hoy es el día más corto del año. ¡Uffff! Hay que mirarlo positivamente: a partir de ahora el día no hace más que crecer. Así que queda cada vez menos para el verano.

Disfrutando de la playa

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