El domingo cogimos el coche y tomamos rumbo a Milán. Teníamos el vuelo tarde, así que teníamos gran parte del día para visitar la ciudad. Fuimos al centro, visitamos alguna tienda, especialmente una de ropa interior (las chicas arrasaron). A la entrada al Duomo pararon a Charlotte porque llevaba una camiseta sin mangas. Curiosamente delante de ella entro Marilú con la misma camiseta (en otro color) sin ningún problema.
Mucha gente de tiendas
Y más tiendas
Curiosamente en el Teatro Alla Scala también estaban con Aida.
Una de las calles que limita el teatro.
En el aeropuerto tuvimos que esperar ¡cómo no! El retraso fue de cerca de dos horas. Al menos ya iba sobre aviso gracias a
Nils de la fantástica publicidad:
3 comentarios:
¿Y te parece estresante mi relato? Espera a leer el siguiente: andanzas de un padre separado
Frente a semejante foto no podría disimular mi baba, obturando el fluir de la fila.
Penoso, sí pero por todo lo alto.
Eleuterio, calla, calla, que me hice una foto junto a la foto de esos muchachos.
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