Indirectamente también es un signo de quién ganó la Guerra Fría: el festival de Eurovisión lo ha ganado Rusia con una canción en inglés.
Por cierto, hay que reconocer que la chica ucraniana estaba im-presionante.
La cena salió bien, aunque para otra vez creo que deberíamos poner más cositas de comer. ¡¡Qué difícil es calcular para tanta gente!!
Por último hubo regalitos. Curiosamente se simultanearon dos (no repetidos): una guía de México. Nos viene genial. También hubo: una almohada "gustosa" con topos verdes y amarillos, de esas que dan ganas de estar sobando continuamente, una bolsa con hierbas (no seáis malpensados) que se ponen al microondas y se calientan (para contracturas y migrañas), una zapatillas para caminar por el campo (parece que en nuestra última salida al campo me vieron un poco mal en ese aspecto), un pijama que ya ha sido nombrado mi pijama delegado en casa de M. y la serie "Yo Claudio".
Todo muy bonito. Espero disfrutarlo y compartirlo.
Hace frío de nuevo y estoy muy cansado.
4 comentarios:
Hay que reconocer que Eurovision es de lo más gayer que se puede echar uno a la cara.
Pero los brazos del judio me molaron
Lo de Eurovisión es ya inclasificable. Entre tías recauchutadas y apetecibles y gays ocultos, semiocultos y declarados, uno se hace un lío.
A ver que llevamos el año que viene.
yo quiero una almohada de esas!!!! xD
y me quedo con el de Israel... :P
besos
Por cierto: Yo Claudio, con El Ala Oeste de la Casa Blanca, son las dos mejores series de la Historia!
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