Ya estoy aquí. Esta semana estuve en Asturias en un curso. Maldije muchas veces el día que consentí en ir al curso, porque es un coñ*** ir a Asturias desde Gran Canaria con billetes del Ministerio: hay que pasar por Madrid quieras o no, no dejan que uses la Compañía que tiene vuelo directo.
Encima, había un Congreso de oftalmología en Las Palmas de Gran Canaria y el domingo pasado se marchaban en masa los asistentes. Consecuencia: desde hacía mucho tiempo no había un billete para ir de Gran Canaria a Madrid el domingo 30 de septiembre. La agencia me puso en lista de espera y me consiguieron un billete a las 7:00 de la mañana del domingo, así que encima de hacer un viaje dando saltos por España, había que pegarse un madrugón de espanto.
El aeropuerto a las 6 de la mañana estaba de bote en bote. Nunca lo había visto así. Al llegar a Madrid salí y me esperaban M. y Monamieluá para darme unos papeles. La escala fue muy corta: apenas el tiempo de tomar un café, y encima acompañados, así que no pudimos estar a solas aunque solo fuera un minuto. Para colmo, la T4 también estaba de bote en bote, así que tuve que entrar antes y correr hasta mi puerta de embarque para no perder el avión.Al llegar a Asturias un día buenísimo: sol y 24 ºC. Paseé, comí un revuelto de oricios (erizos de mar) buenísimo y empecé el curso el lunes.
El curso no ha estado mal. Lo mejor: los compañeros de toda España a los que he vuelto a ver o a los que he conocido. Estuvieron bien las prácticas del curso: RCP (reanimación cardio pulmonar) y ser "bomberos por un rato" con máscaras de oxígeno, y vestir el uniforme de bombero con mascarilla y botella de aire comprimido... 
El montaje era sencillo pero al ser la primera vez que lo hacía tardé más de la cuenta, pero al fin y al cabo no soy profesional. Querían que comprobásemos cómo se sienten los bomberos cuando hacen algo así y darnos ciertas pautas por si alguna vez nos tocaba entrar en algún lugar con un equipo de repiración autónoma. Lo de la RCP es algo básico que deberíamos saber todos, así que no gustó muchísimo y el médico que nos dio clase era de lo mejor.
También estuvo bien salir con los compañeros a tomar unas sidras por allí. Pero tampoco me excedí mucho porque tuve una de mis cefaleas y no me apetecía estar de juerga. No era de las más graves, pero no quería que fuera a más.
Lo malo de la vuelta fue que quería haber visto a
M., pero entre el retraso del avión Asturias-Madrid y que a él le vacunaron tarde de la gripoe, no pudo ser... Estoy como Escarlata: necesito que me bese alguien y que sepa cómo hacerlo (alguien no, necesito que sea
M.)