Esta minisemana pre-puente ha sido absolutamente agotadora.
En primer lugar me notificaron que empiezo en el otro Ministerio (hice una segunda oposición) el próximo lunes, así que me dejan dos días hábiles para arreglar papeles. (Cómo funcionan en algunos sitios).
Del Ministerio al que voy me llaman para preguntarme quién me va a pagar... ¿y yo qué coñ* sé? Pero como soy gilipoll**, pregunté en el Departamento de Recursos Humanos de mi Ministerio, y me respondieron en 20 segundos diciéndome incluso en qué BOE se podía encontrar. Cuando devolví la llamada a mi futuro Ministerio me dijeron que ya conocían ese BOE... ¿acaso no saben leer? Se me subió la sangre a la cabeza de manera violenta.
A mi jefe le di un disgustillo cuando le dije que voy a estar ausente una temporada mientras hago el curso y las prácticas del otro Ministerio, pero se lo llevó mucho peor el martes cuando supo que su secretaria también se va. Le he dicho que voy a tratar de ir algunas tardes a no dejarle empantanado el trabajo que estaba haciendo, también lo hago por mi conveniencia: tengo que volver a mi trabajo una vez acabe el curso y las prácticas en el otro sitio, así que no quiero encontrarme con una mesa absolutamente desastrosa. También me conviene llevarme bien con él por si me quedo...
Y como siempre, en las semanas cortas la gente se acuerda de cosas que tenía pendientes y te las pide todas a la vez, tanto en España como desde las Europas. ¡Qué coñazo llegan a ser estos guiris!
Por la noche venía mi madre de la playa (un viaje del IMSERSO) y había que ir a buscarla al aeropuerto, pero antes tenía que comprar algunas cosas en el supermercado... ¿regalaban algo ayer? ¿Todo el mundo hace fiestas este puente en las que necesita comprar miles de cervezas? ¿Por qué me pongo siempre en la caja en la que llega el gilipoll** o traficante de turno a pagar con un billete de 500 €? Creo que ni en Navidad he visto tanta gente en los supermercados: al Mercadona no pude ni entrar.
En el aeropuerto había de todo: unos guiris muy altos, rubios y guapos, unos españolitos también bastante guapos, un supercachas bastante feo que se llamaba Miguel (lo llevaba tatuado, no hablé con él), y muchos marmolillos que venían de la playa.
Lo malo, que me volvió el dolor de cabeza premigrañoso. Cuando volvía a casa lo mejor del día: el pastillazo de paracetamol que me calmó lo suficiente como para dormir.
Ferragosto
Hace 3 meses
2 comentarios:
Felicidades por las opos, todo lo que sea para mejorar pues para adelante.
Lo de los super es que no tiene nombre, yo procuro no pisar ninguno cuando sea prepuente o algo así porque están hasta la bandera. Y luego hablan de crisis... si, claro, la mía porque la de los demás es que no al veo por ningún lado.
Cuidate la cabeza ;)
PD: Envidia del findesemana, ainss que fotos.
Gracias por el bienvenido. Espero que estés descansando de tu semana corta liada.
Publicar un comentario