sábado, 13 de septiembre de 2008

Quinto día: México D.F. (Guadalupe y Teotihuacán)

El día siguiente se prometía como uno de los grandes días de excursión. Nuestro objetivo era Teotihuacán. Por la mañana temprano se presentó uno de los amigos de Carlos en México D.F., no podía acompañarnos pero nos aconsejó sobre cómo ir hasta allí en camión (autobús) desde la Central Camionera del Norte. Pedimos en recepción del hotel un taxi, y mientras bajábamos al coche, él habló con el conductor y llegó a un acuerdo con él: nos cobraba un precio fijo por llevarnos a Guadalupe, Teotihuacán, esperarnos allí (la visita son tres o cuatro horas) y volver a D.F.

Aceptamos y creo que hicimos muy bien. Primero nos llevó al Santuario de Guadalupe. Yo creía que era mucho más grande, y eso que es ENORME. Cosas de la imaginación. El edificio antiguo es bonito (la típica iglesia siglo...) y el nuevo es un edificio SOBERBIO.

En la explanada que había delante se concentraban las excursiones y peregrinaciones desde todas partes de México. Nosotros fuimos un día entre semana y había muchísimo movimiento. La gente se vestía con los trajes de su estado o región y cantaba y bailaba delante del templo (como David bailaba delante del Arca).

Santuario de Guadalupe, Peregrinos

Santuario de Guadalupe, Peregrinación



Entramos y estaban en Misa así que vimos de lejos el cuadro de la Virgen de Guadalupe. Fuimos al antiguo santuario y al volver el conductor nos preguntó si habíamos visto bien la Virgen, y entonces se ofreció a llevarnos: por detrás del altar y debajo del cuadro de la Virgen hay un túnel con una cinta mecánica (como las de los aeropuertos) para que la gente no se quede parada y se puede ver la Virgen desde muy cerca.

Después nos llevó a la cripta y entonces Drichal y M. recordaron que allí está enterrada Rocío Durcal. Al entrar había carteles que indicaban que solamente podán entrar familiares, y dentro había un guarda que se dirigió inmediatamente a nosotros... a Drichal no se le ocurrió otra cosa que decir que queríamos ver a Rocío porque "éramos sus vecinos". Vimos la lápida, por supuesto.

Entonces nos llevaron a Teotihuacán. Previamente el conductor nos llevó a una cooperativa (una pequeña encerrona) donde nos explicaron cómo se elabora el tequila y el pulque, y nos vendieron algunas cosas (mantas, ¿plata? y algún que otro recuerdo). Entonces ya estábamos impacientes por pisar Teotihuacán, porque desde la carretera se habían visto las pirámides...

Nada más entrar estaban estas "pequeñas" construcciones que corresponden a "La Ciudadela".
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Pero al girar la vista a la izquierda se veía la Calzada de los Muertos y las dos grandes pirámides: la del Sol a la derecha y la de la Luna al fondo.

(Pongo la foto en pequeño para que quien quiera pueda pulsar y verla en grande)

En ese momento ya había merecido la pena el viaje. Es uno de los momentos más impresionantes que he vivido. Todo es enorme y armonioso.



Aquí está un detalle de la foto en la que se aprecian mejor las pirámides.

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Tomamos la determinación de ir subir a ambas pirámides. Nos desilusionó que había vendedores por todas partes y en algunas ocasiones bastante acosadores. Llegamos a la Pirámide del Sol y subimos a ella. Es una sensación indescriptible. La vista es única.



Aquí la Pirámide de la Luna vista desde la cima de la Pirámide del Sol (foto cortesía de Drichal)



Subimos a la Pirámide del Sol. La gente hace un "ritual" en la cumbre poniendo un dedo sobre un clavo que aparentemente está en la cumbre de la pirámide y la otra mano la dirige hacia el Sol.

Bajamos de la Pirámide del Sol y emprendimos el camino hacia la Pirámide de la Luna. Delante hay una plaza que es espectacular por lo armonioso de las construcciones que la rodean.

Después fuimos al Palacio de Quetzalpapálotl (quetzal, pluma; papálotl, mariposa) que tiene unos murales en color rojo pero nos impresionó el Patio de los Jaguares, donde hay unos bajorrelieves alucinantes. Hicimos muchas fotos de los bajorrelieves y seguro que amplío alguna de ellas y la cuelgo en casa.

La Pirámide del Sol vista entre tuneras.

Estábamos cansadísimos porque la caminata es larga y subir a todas partes se hace duro, y eso que tuvimos suerte y no hizo mucho sol. A pesar de eso terminé con una quemadura en el cuelo y el hombro, donde la mochila tiraba ligeramente de la camiseta (fue una quemadura pequeña).

Volvimos en el taxi y nos llevó a la famosa Plaza de las Tres Culturas o Plaza de Tlatelolco, donde hay construcciones de tres periodos: las ruinas de Tlatelolco, que fue el último reducto de resistencia a la conquista, la huella española con una Iglesia y un Colegio católico (en la Iglesia fue bautizado Juan Diego, (a quien se apareció la Virgen de Guadalupe) y los edificios modernos. Es bonita pero creo que nos impresionó menos porque veníamos de ver la maravilla de Teotihuacán.

Hay una bonita frase:

Al volver al hotel estábamos cansadísimos porque la paliza había sido importante, pero había merecido la pena.

Descansamos en el hotel y nos dimos una vuelta por la zona rosa donde Drichal aprovechó para comprarse una camisa. Como no podía ser menos, llovió un ratito y nos tomamos una cervecita en un local y nos volvimos al hotel para liberar a los pies de los zapatos.

4 comentarios:

starfighter dijo...

En dos palabras: im-presionantes. Envidia cochina y malsana que me corroe, jajaja ;)

rickisimus2 dijo...

Bueno, bueno, lo pongo para compartir lo bueno. Si supiera que da envidia malsana no lo pondría. ;)

starfighter dijo...

Tú pon, tú pon y no te preocupes por la envidia, que solo son ganas de viajar jajajaja.

Anónimo dijo...

exelente comentario muy buena descripcion de cada lugar agradesco y es muy atee de tu parte que lo publicaras ayuda mucho a los que vamos a viajar para df, gracias por compartilo.