viernes, 24 de octubre de 2008

Decimotercer día: Guanajuato

Después de volver de la playa había que aprovechar para visitar algunas de las ciudades cercanas a Querétaro y que son maravillosas.

En primer lugar nos decidimos por Guanajuato. Carlos nos prestó su coche y fuimos los cuatro junto a Tania. Lo primero que nos encontramos ¡en la autopista! fue una peregrinación en bicicleta de cientos o miles de personas. Como es natural, uno de los carriles estaba ocupado por ellos y el tráfico iba muy lento.

Al llegar a Guanajuato momento de pánico: en una rotonda el coche se paró y se negó a arrancar. ¡Glup! Nos empujaron para quitarnos de en medio del tráfico y esperamos. Al cabo de un rato y a punto de llamar a la grúa, se me ocurrió pedir las llaves y... el coche arrancó. Creo que Tania sobrecalentó el coche en las cuestas de entrada a la ciudad usando marchas inadecuadas. Otra vez se volvió a parar en el párking y lo aparcamos usando la tracción animal. Desde entonces siempre fui el chófer.

La ciudad es preciosa. Está en un valle y las casas trepan hacia las alturas. ¡También hay calles subterráneas! Hay que tener en cuenta que esta era una ciudad minera.

Aquí s puede ver el Teatro Benito Juárez y el templo de San Diego.



Universidad de Guanajuato:

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Había muy buen ambiente por la ciudad y entramos en una tienda donde vendían dulces y "katrinas" preciosas. A pesar de animar a M. no quiso comprar ninguna.

Aquí se puede ver un monumento a benito Juárez, quien declaró a Guanajuato como capital en 1858.

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La ciudad está llena de monumentos a Cervantes y a El Quijote pues tiene mucha fama su festival cervantino. Lo que ha unido la lengua y la literatura que no lo separe el hombre.

A continuación está la plaza de la Paz, donde nos sentamos a comer.
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Por cierto, no quisimos ir a ver el museo de las momias...

En el viaje de vuelta me confundí, por supuesto, y dimos una vuelta enorrrrrrrme para volver a Querétaro. Encima habíamos quedado a cierta hora para que a M. para darle l indemnización por la rotura de su maleta, así que iba un poco agobiado. Al final llegamos bien, aunque en medio de una tormenta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mexico desde luego es precioso. Que envidia sana F. :-)

MA