Las orquideas también van al cine

Este fin de semana parece que he empezado a aletear (como se dice de los pollos). Las energías empeizan a volver muy lentamente a mis huesos y músculos.

El viernes M. me abandonó por el cole. Tenía cena de trabajo, así que quedé con él por la tarde: comimos juntos y después fuimos a dar una vuelta con Drichal y J.U. Dimos una vuelta por el edificio Telefónica de Gran Vía donde había una exposición del "hogar domótico", aunque nos dejaron a la mitad de visita porque había visitantes más importantes. Nos regalaron un acebo a cada uno. Drichal y J.U. me regalaron dos polos por mi cumple (desde antes no nos veíamos). M. está a favor de esos dos polos porque son muy discretitos, nada de modeneces, como le gusta a Drichal y por las que es célebre.

El sábado por la tarde teníamos el cumpleaños de Charlotte. Así que quedamos con ella antes para ayudarle y tratar de instalar el decodificador de TDT, pero no tenía cable de euroconector, así que quedará para otro día. Yo me encargué del regalo: unas botas chiruca y un reloj deportivo.



Por desgracia esa tarde nuestro guerrero galáctico pasaba por Madrid, pero no daba tiempo material a quedar con él.

Le quería contar una curiosidad: he averiguado que la orquídea que me regalaron hace una semana es una oncidium (eso ya lo sabía) de una variedad creada en los años setenta llamada "Star Wars".

Hoy ha sido el día más largo del año. Es un día muy esperado por mi, porque los días cortos me deprimen. Es la puerta del verano, aunque este año la puerta ha sido grande y calurosa. Lo malo es que hoy he hecho tres declaraciones de la renta y las tres positivas: mi madre, M. y la mía. Lo peor ha sido lo de M. porque le toca pagar una pasta por culpa de la ridícula retención que tuvo el año pasado.

Curioso lo de mi madre: me he ofrecido a hacerle todo el trámite a través de internet y prefiere ir mañana a pagar al banco...