San José

Por fin llegó el puente. El primer puente del año, y como no podía ser de otra manera, está lloviendo y hace frío.

¡A mojarse tocan!

Después de tener una semana de sol y días bonitos, en el puente se fastidia el día. Me apetecía pasear y ver la luz del sol. Hoy echo de menos MI playa de Maspalomas.


No hemos decidido todavía dónde ir de vacaciones, pero necesito unos días de playa de verdad. Playa calentita donde dormir y vegetar un poco y donde lo máximo que haya que pensar es qué elegir en un buffet para comer.

Ayer en el trabajo un de mis compañeros y yo teníamos que despachar con mi jefe y le dijimos (en realidad fue el otro el que habló pero yo le apoyé) que lo que estamos haciendo está mal desde su nacimiento y que deberíamos empezar de cero. El jefe dijo que no, que a estas alturas la dirección le puede cortar los huevos y que la normativa va a salir como está. Así que la normativa está saliendo bastante mal y nadie la va a parar.

Llegué a casa sobre las 4 de la tarde y no me apetecía comer nada. Mi madre se enfadó conmigo y se marchó sola al fisioterapeuta.

Por la tarde M. me invitó a cenar en un restaurante griego: Delfos. Me supo la cena a gloria después de no haber comido. Lo peor: el pan de pita, que estaba ¡duro! Seguro que la causa fue que éramos los primeros clientes de la noche. Cenamos humus (cómo no), y un plato de carnes de degustación que estaba muy bueno. De postre exquisito baclava.

Hoy tuve el inmenso placer de volver a decir que "no" a mi tía la loca. No es que me guste decirle que no a ella, pero como está con mi tía el anticristo sé que se deja manejar por ella. La muy cabr*na llamaba para "recordarnos" que hoy era el santo de mi padre. Hay que ser gilip*llas.