lunes, 25 de enero de 2010

Ni cenar le dejan a uno

Hoy mi madre ha tenido una de esas observaciones geniales, pero para contarla he de comentar alguno de los hechos de esta casi semana sin publicar entradas.

La semana pasada fue semana de médicos para mi. El jueves fui al urólogo para la consulta que tenía desde la semana anterior ya que tenía que ver los resultados del TAC. Como ya sabía (puesto que el informe está abierto) no había nada reseñable y me dijo que "mucha agua, baños de agua caliente y si duele mucho ya sabes dónde estamos". Ante esa actitud no le enseñé el informe detallado que había hecho Juan adelantando un diagnóstico.

Después de esa consulta tuve la reunión de vecinos (uno de las peores reuniones que se pueden tener) para discutir la rehabilitación del edificio. Me tuve que quedar, porque era mucho dinero lo que hay que entregar.

El viernes quedé con los amigos del colegio. Hicimos comentarios sobre las viejas amistades, los ligues legendarios, etc. M. se quedó en casa porque ese día todos dejaron a sus cónyuges en casa.

El sábado fuimos a FITUR por la mañana M., Juan y Marilú, Charlotte y yo. Estaba bien, pero lo vi un poco más pequeño que el año pasado. Cogimos folletos de Tailandia, Francia e Irlanda. A ver a dónde vamos al final.

Después comimos cerca del Bernabéu. Yo seguía un poco perjudicado por la juerga de la noche anterior, así que aun sin apetecerme mucho, fuimos al cine a ver la película de George Clooney: Up in the air. Me gustó mucho.

El domingo ya no podía más, y estuve bastante amuermado por el dolor de cabeza. Además me levanté muy cansado por la paliza del día anterior caminando. Apenas un par de horas, pero sigo cansándome fácilmente.

Hoy viendo las noticias por la noche y cenando aparece el vecino de enfrente para que firme el borrador del acta de la reunión del jueves pasado. Algo que creo que no es muy regular, pero si se quedan más tranquilos... Al cabo de un rato en las noticias apareció la noticia de la nieve de mañana y la de un hombre al que han atacado unos perros. Al cabo de unos minutos me suelta mi madre: "sales y te hielas o te atacan perros. Yo elijo quedarme en mi casa y me viene a buscar un tonto a que firme cosas... si es que no te dejan vivir en paz ni en tu casa". Me ha parecido una pequeña genialidad y una verdad como un puño.

3 comentarios:

Eleuterio dijo...

Por aquí perros no te atacan pero o te resbalas por la calle o un tenor te ladra al oído en los ensayos del coro.
No sé qué es peor...

El Fumador. dijo...

Cuídate y pasa de los vecinos, que si no te vuelves loco, jejeje. Un abrazo, nos vemos.

Pernam dijo...

Pues mi reunión de vecinos es el próximo viernes, y por si no fuera poco lo de la reforma de mi piso, dice el orden del día que hay que arreglar los patios y las fachadas y que hay que poner una derrama durante los cuatro primeros meses del año para los gastos corrientes.

Estoy hasta los mismísimos de las obras propias, las ajenas y las mediopensionistas.

Y que viva tu madre, coño.