Después de la visita fuimos a comer a un restaurante en una antigua hacienda: Los Laureles. Es precioso y tuvo actuación de unos mariachis incluida.
Comimos cosas curiosas como el escamole que es hueva de hormiga (está riquísimo) y como el chile en nogada, que es un chile enorme (el chile) relleno de carne y cubierto con una salsa hecha con nata y rociada con granada. En resumen, tiene los colores de la bandera mexicana: rojo (granada), verde (chile) y blanco (nata).
Por la tarde fuimos a casa de uno de los compañeros de Carlos, que estaba con unos amigos y estuvimos jugando a la Wii hasta las tantas. Carlos se ha enviciado muchísimo... dice que no se la piensa comprar nunca porque está demasiado enviciado, pero yo lo dudo.
Al día siguiente nos esperaba el viaje a México D.F.
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