AmoEstoy viviendo una situación curiosísima en el trabajo. La normativa legal que manejamos es compleja, dispersa, liosa, en gran medida anticuada, etc. La consecuencia de ello es que se aplica bastante mal, la mayor parte de las veces por desconocimiento y otras veces por tratar de mejorar la aplicación de unas normas claramente obsoletas.
El colmo es que uno de los jefes de una oficina que lleva 15 años de jefe ayer me llamó para preguntar. Le remití a uno de mis compañeros: Toño. Toño domina esa normativa por arriba y por abajo es inteligente y trabajador, pero tiene un carácter muy fuerte, lo que le ha llevado a enfrentarse a nuestros jefes, que ahora le encargan menos trabajo.
En algunas ocasiones hemos comentado lo mala que es la reglamentación y lo mal que se aplica y le dije que se debería escribir una aclaración para todo el mundo: funcionarios e interesados. Me dijo que sí, pero que el jefe no se lo encargaba y él no se lo iba a proponer al jefe.
Después de la llamada de ayer, que remití a Toño, le pedí permiso para proponer a nuestro jefe hacer un documento para aclarar la aplicación de las leyes. Me dijo que sí y cuando se lo pregunté al jefe me respondió afirmativamente y me pidió que encargase el trabajo a Toño. Es decir, me he convertido en un intermediario entre Toño y nuestro jefe común. Lo curioso es que el jefe me pregunta si estamos haciendo esas instrucciones, pero no se lo pregunta a Toño, con quien se cruza cada dos por tres.
La semana que viene es el cumpleaños de M. y la verdad es que no sé si darle su regalito el fin de semana (que nos vamos a una casa rural) o el próximo martes. Me mosquea que me haya dicho que acepta la semana que viene siendo tan ansioso como es normalmente.
Ferragosto
Hace 3 meses
2 comentarios:
Por lo menos no hay violencia física... aunque no sé que es peor xD
Sí, esta violencia soterrada es terrible y oblliga a ir con pies de plomo. Hay quien te deja de hablar por tomarte un café junto a uno de sus enemigos.
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