Larga semana

El título es algo paradójico: todas las semanas son de siete días, pero unas se hacen más largas que otras. La vuelta al cole después de las vacaciones ha sido dura e intensa porque había muchos correos electrónicos acumulados y muchos expedientes nuevos sobre la mesa. Además tengo nuevo gran jefe, cosas del cambio político tras las elecciones generales y tengo que hacer cosas nuevas para que termine firmando los mismos papeles. Nada grave, ya se sabe que cada maestrillo tiene su librillo.

Eso sí, la semana empezó con algo gracioso. Encontré sobre la mesa del despacho un paquetito de regalo y dentro había unos calzoncillos CK. Mi sorpresa fue mayúscula, como es natural. En teoría no son de mi talla, sino una mayor, pero al ser hiperajustados me van como un guante.

Cuando se lo conté a M. le hizo gracia y me dijo que los dedicase a trapos para el coche.

Ahora debía estar en la siesta, pero me han despertado porque alguien de la canallesca quiere una entrevista sobre un tema científico. No me la quieren hacer a mi, pero en mi trabajo saben que he trabajado en el centro donde quieren la información y me han llamado a ver a quién se puede localizar. La quieren para el fin de semana y ya les he dicho que vayan "a rascarla". De allí se ha marchado hasta el apuntador. Que esperen al lunes.

Para colmo tengo un incendio cerca de mi casa, así que hoy no hay quien duerma siesta.