¡Qué caos!

En el trabajo estoy viviendo un auténtico caos. En los altos cargos del Ministerio han colocado a perfectos inútiles con un curriculum en teoría brillante, pero sin el más mínimo sentido común. Recibimos instrucciones contradictorias o bien no recibimos instrucciones, así que nuestra vida diaria se ha convertido en un caos.

Mi jefe directo está de los nervios. Algunos de los jefes ya han entrado en la fase de pasotismo, porque no entienden nada. Y yo... pues depende del día. Trato de hacer mi trabajo lo mejor posible, que es difícil. Cada día piden cosas imposibles, así que no sé qué pensar.

Alguno de los jefes era buen jefe en época de vacas gordas, pero ahora no sabe qué hacer. Le aprecio, pero pienso que podría hacer un poco más. Creo que le van a pedir que haga un poco más, aunque ya no hay de dónde sacar.

En teoría yo iba mañana a Barcelona, pero a 18 horas de la salida no me han autorizado el viaje, pero tampoco lo han denegado. Creo que mañana a primera hora voy a decir que cancelen el viaje porque no me gusta que me tomen el pelo que no tengo.

Me informan que en casi todos los ministerios el caos es parecido. Joder, Mariano, ¡qué cagada! Tú y tus sorayos nos estáis volviendo locos.