La nieve y el vino

Ayer fue otro día que pasará a la historia. Por la mañana fui varias veces al cuarto de baño, se ve que no me sentó muy bien la cena del día anterior. A mediodía al ir a orinar (sé que es una palabra espantosamente fea y con poco glamour) eché algo similar a vino tinto (y bien sabe Dios que hace tiempo que no bebo vino tinto). No hay dolor, no hay molestias, no hay nada, excepto un color rojo oscuro.

Por la tarde fui al hospital donde trabaja nuestra amiga Marisa y allí me hicieron un análisis de orina. Resultado: "solamente" hay sangre. No hay otras cosas. Me dijeron que vaya a un urólogo. Hablé con Juan y Marilú y me dijeron que hay un factor que puede haber influido: haber pasado cerca de 12 horas en pie en Bruselas, bebiendo MUY POCO (culpa mía) y la dehidratación causada por la diarrea de ayer en la mañana.

Hoy iba a ir al hospital de Marilú a que me hicieran un análisis de sangre, pero como hay que ir en coche, ha nevado y recomiendan no usar el coche... pues me quedo en casa. Se me olvidaba mencionar que YA estoy de vacaciones. A beber mucho líquido no alcohólico y a tomar el antibiótico que me mandó el médico que me atendió en las urgencias. Además me va a venir muy bien para quitarme de encima el catarro que arrastro desde el viaje a Estocolmo a primeros de noviembre.

A primera hora este era el panorama desde mi ventana.

Y un poco más tarde