Es curioso que un cuadro tan "raro" siempre me ha fascinado desde que un profesor de arte en bachillerato nos mostró una diapositiva. Me gustó la historia mitológica de Laocoonte pero el cuadro me dejó petrificado. Esas figuras retorciéndose, otras figuras que observan pero que también están retorcidas, el movimiento de las serpientes, el cielo, el color de la carne, la cara de Laocoonte. En fin que me prometí ir a ver algún día el cuadro y me encuentro que lo traen ¡a cinco minutos a pie del trabajo! No defrauda en absoluto: es increíble e hipnótico. No me extraña que los pintores se hayan sentido inspirados por ese cuadro.
La exposición es fantástica. Hay ejemplos de las influencias de El Greco en muchos pintores de los siglos XIX y XX. Además, algunos son mis favoritos y han expuesto verdaderas joyas. "Los bañistas" de Cézanne, unos bocetos de Picasso que serían el sueño de cualquiera, en un pequeño recinto tres joyas: "El caballero de la mano en el pecho", "Retrato de Jaume Sabartés con gorguera y sombrero" de Picasso y "Paul Alexandre ante una vidriera" de Modigliani (y que conste que no me entusiasma).
Una Anunciación de El Greco junto a un Autorretrato de Chagall que son un espejo en su composición.
Un Pollock maravilloso
Un Bacon monumental y precioso: "Mujer tumbada"
En un lugar de la exposición se está entre cuatro grandes lienzos de El Greco, dos de ellos son el "Laocoonte" y la "Visión de San Juan". ¿Cómo no sentirse pequeño ante estos cuadros?
1 comentario:
Jo, pues me la pierdo por tres semanas.
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