miércoles, 18 de julio de 2007

El Desafío de Aquiles (III)

Tercera entrega de las "confesiones" como consecuencia del Desafío de Aquiles. (Desde luego que si algún día nos conocemos invitará él a una cerveza).

Soy bastante formal en mi forma de vestir. Ni pijo ni nada en especial. Digamos que mantengo un "perfil bajo" (admitamos ese anglicismo). Pero de vez en cuando me gusta ponerme algo que llame la atención. Disfruto especialmente llevándolo al trabajo y ver la reacción que causa en mis compañeros, tan acostumbrados a ver al ingeniero que viste serio. Con ese estereotipo que tenemos los ingenieros...

Bueno, me parece que a M. tampoco le gusta mucho que llame la atención. Aunque ahora que lo pienso, le gustó aquel polo ajustadito que me compré en Valencia hace un par de años.

El otro día llevé un polo rosa de H&M que me regalaron por mi cumpleaños y causó sensación. Cómo se ve que en este sector no están acostumbrados a que alguien sea un poco diferente. ¡Pues que se vayan acostumbrando!

Mañana tengo que ir a un trabajo fuera de la oficina... estoy tentado de ir con bermudas y alguna camiseta. Me gustaría ver la cara que pone el ingeniero al que tengo que ver. A lo mejor se le quita la tos nerviosa que tiene por teléfono.

2 comentarios:

Javi (@Treintanyero) dijo...

Eso es una mala mala mala idea...

A todo el mundo le gustaría quitarse el traje, pero el problema es que, la primera impresión es importante, y según te vean confiarán en tí o no.

Yo tenog mucha suerte, porque a mí en el curro, menos en bolas, me dejan ir casi casi como quiera...

Javi

rickisimus2 dijo...

Bueno, al final fui discreto. De todas formas, este señor y yo nos conocemos desde hace tiempo, así que sería un sorpresa para él, perono un cambio de su punto de vista sobre mis capacidades.