domingo, 22 de julio de 2007

Estoy depre

Llevo una temporada en crisis. ¿Crisis? ¿qué crisis? ¿por qué?

Bueno, en parte supongo que influye la muerte de mi padre hace tres meses y medio. Aun le veo en casa, cuando se marchaba para estar solo en otra habitación y rezaba. Aun recuerdo cómo se iba apoyando en los muebles porque sentía sus piernas cada vez más débiles. Aun recuerdo la cara que ponía a la hora de comer, cuando no podía comer y mi madre y yo le decíamos que comiera algo, que hiciera un esfuerzo. Aun recuerdo sus gestos con la mano mientras estaba en la cama del hospital. Aun recuerdo cómo rezaba cuando se quedaba a oscuras en la habitación.

Ayer escribí una carta. Era mi deber escribirla porque es para un amigo de mi padre, un amigo de juventud. Le presentó a mi madre y fue su amigo de carrera, servicio militar y durante muchos años más. Vive fuera de España desde hace cuarenta o cincuenta años, pero mi padre siempre le escribía en Navidad y le llamaba de vez en cuando. Excepto desde hace dos años, desde que enfermó. No le escribió en Navidad, ninguna de las dos navidades. ¿No querría darle la mala noticia de la enfermedad?

En cualquier caso, creo que mi deber es contárselo y decirle que mi padre no le había olvidado, más al contrario, siempre hablaba con mucho cariño de él y de toda su familia. Siempre miraba con atención las noticias que venían de ese país, escrutando por si afectaba en algo a su amigo del alma.

No pude reprimir las lágrimas, lloré bastante. Hacía días que no lo hacía tan abundantemente.

Lo peor viene en las noches, en esas noches que esas imágenes se me aparecen una y otra vez o cuando le veo y está vivo.
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Supongo que también echo mucho de menos a M. Miro atrás, a los años atrás, cuando creía que nunca encontraría a quien querer y alguien que me quisiera y… vuelvo a llorar. Por fin le encontré, cuando menos esperanzas tenía, cuando rechacé alguna relación porque “no tenía ganas” (la oposición me dejó agotado) y cometí el error de elegir un destino lejano. Ha tenido muchas desventajas, muchísimas, estar tan lejos. Pero también ha tenido una gran ventaja, saber que M. es el hombre de mi vida. Que quiero pasar muchos años junto a él, despertarnos cada mañana juntos y escuchar su voz al llegar a casa. La distancia no debilitó la relación, sino que la fortaleció.

También me ha descubierto a un hombre que se preocupa por mi, que parece más débil que yo y es fuerte, muy fuerte. En esta relación yo soy el más débil y el pobre me está aguantando mis bajones en la distancia. Me envía mensajes cada día, mensajes que me dan vida cuando los leo. Cuando estoy metido en pleno lío en la oficina me llega su pensamiento, su empujón, su “sursum corda”. Creo que tenemos una conexión “mental”, porque hay veces que cojo el móvil y su llamada o su mensaje me llega cinco segundos después, diez segundos después. Hay veces que me llama y ya tengo el teléfono en la mano. Me gusta que eso ocurra. Es un fenómeno inexplicable y me encanta que ocurra.

No he sido capaz de expresarle todo lo que siento por él. Soy muy torpe al hablar, al escribir y, sobre todo, al expresar mis sentimientos. Tengo miedo que piense que es él quien tira de la relación porque es quien mejor expresa sus sentimientos. ¿Cómo decírselo cuando no me salen las palabras? ¿Cómo demostrarle lo que le quiero? Lo único que sé hacer es ir a la playa (que me aburre soberanamente) para tratar de ponerme algo bronceado porque sé que le gusta. Me gustaría ser el tío guapo que él se merece, pero de donde no hay, no se puede sacar. (Uf, hoy estoy especialmente negativo).

Me gustaría ser rico y poderle ofrecer todo lo que se merece: el viaje a China que tanto le ilusiona, esos discos que tanto le gustan, los cuadros para su casa nueva, un coche nuevo para que no tenga que ir en autobús desde tan lejos, un ipod mejor que el que tiene.

Me siento muy raro porque hay muchas cosas que se supone que debería hacer, haber hecho o haber pensado que ni he hecho ni he pensado y que no creo que haga en el futuro. El otro día comí con un ingeniero con el que tenía que hacer un trabajo, fue una comida animada, hablando de todo un poco. Tiene cincuenta y seis años está casado y con hijos. Me confesó que en octubre “se fue de putas” y que un tiempo después tuvo un problema dermatológico ("en el pito" (sic)) y pensó que se había contagiado con una ETS. Al final no fue nada… pero a lo que iba, a mi ni se me ocurre, a estas alturas de mi vida la infidelidad, y eso que se supone que los gays somos especialmente infieles, promiscuos, etc. Hace una temporada me miraron raro ciertos gays con los que charlaba cuando les dije que estaba viviendo en Canarias y que ni me planteaba salir de ligue. ¿Soy muy raro o es que quiero a M. sin complejos?

Vaya diarrea de escritura que tengo hoy. Creo que médicamente se llama hipergrafía, y que es síntoma de alguna enfermedad. Pero creo que no estoy enfermo sino que "solamente" estoy muy triste.

5 comentarios:

Hefestión dijo...

Ánimo bloguero desconocido.
¡Arriba ese corazón que tan grande pareces tener!
Tu padre seguro que se siente muy orgulloso de ti, seguro que te daría la gracias por escribirle a ese amigo de toda la vida.Las oracione de los hombre buenos siempre llegan antes a Dios!

No estes triste, no te deprimas aunque es verano.Tienes todo lo que deseas para ser feliz.Piensa que eres un bendecido, un tocado por los dioses, un privilegiado.

Javi (@Treintanyero) dijo...

Hey Rick, lo bueno de los momentos malos, si tienen algo bueno, es que son eso..."momentos", y que pasan.

Animo hombre

Javi

rickisimus2 dijo...

Muchas gracias a los dos.

Dicen que esos "momentos" pasan, pero tardan en pasar bastante.

Max de Winter dijo...

Anda, ya..., ya me das lo que necesito, tonto. Dejate de ipods y de Chinas... XXXXX m.

Anónimo dijo...

TÚ blog esta para esto y para todo lo que Tú quieras, aqui desde luego los sentimientos los pones tú, esos recuerdos estan ahi, y te traen los buenos y malos momentos de Tú vida, lo que nos queda de vivir, mucho animo, que vendran y estan viniendo momentos buenos de los que disfrutar, en bañadores y camiseta estanpada, un gran abrazo