domingo, 26 de agosto de 2007

Mañana volamos

Mañana nos vamos M. y yo a Estambul.

Ayer por la mañana estuve rellenando papeles para arreglar el impuesto de sucesiones. Para cuatro cosas hay que hacer equilibrios en la cuerda floja.

Por la tarde quedé con M., después de un ratito en su casa (¡por fin!) vimos mi ex-coche. Después fuimos a cenar al centro al Wagaboo. Fue una cena muy muy rica. La pasta La-Mien (o Le-Mien) estaba buenísima.

Ayer noche estuvimos con un amigo de M. que fue la semana pasada a Estambul y lo pasó estupendamente. Nos dijo que él fue sin muchas ganas y que le ha encantado.

A M. anoche se le ha vencido un poco la valla de la terraza hacia dentro. Tenía un disgusto terrible, pero es lo que tiene que pusiera tanto brezo: le ha hecho un efecto vela y con esos vientos huracanados, pues casi la arranca.

(Vaya con la valla)


¡¡¡Qué nerrrrvios!!! Mañana a estas horas deberíamos estar eligiendo restaurante para cenar en Estambul.

Nota de las 12 de la noche: he visto la entrada que hizo M. en su blog sobre la dichosa valla, así que he actualizado con una foto y algún enlace.

viernes, 24 de agosto de 2007

Tocando el cielo

Hoy toqué de nuevo el cielo con la punta de los dedos: volé a Madrid y me esperaba M. en el aeropuerto.

Después de un día de trabajo demencial, de dejar preparada la casa para una ausencia significativa, de preparar maletas, deaguantar tonterías a algunos interesados (los interesados son los clientes en la Administración), llegué al aeropuerto muy estresado, porque además, había atasco para ir allí por causa de un accidente... y no iba con mucho margen. Menos mal que había obtenido la tarjeta de embarque por internet, así que iba más tranquilo.

En el aeropuerto llamé a Drichal. ¡Bendita la hora! No me acordaba que me había encargado un perfume. Así que de paso, compré otro que me había encargado mi hermana y espuma de afeitar y desodorante en formato de viaje.

El vuelo fue estupendo: salió con una puntualidad muy aceptable y llegó exactamente a la hora prevista en el billete. Lo peor fue que con todo el ajetreo no pude comer, y cuando en el avión pedí el "plato caliente", me dijeron que se les había agotado (más bien creo que no subieron ninguno al avión, porque fui de los primeros en pedir). Así que me tuve que conformar con un sandwich.

Al principio me gustó mirar por la ventanilla (siempre pido pasillo, así que fue una novedad para mi) porque sbrevolamos Fuerteventura y Lanzarote. Recordé los viajes que he hecho allí últimamente, y con cierta amargura el de Fuerteventura, porque estaba en un lugar paradisiaco pero donde apenas disfruté por la carga de trabajo y los recuerdos.

Lo mejor estaba a la llegada: me estaban esperando Drichal y M. Estaba supercansado, y para estas cosas soy muy cortado en público, así que me dio un poco de corte darle un beso a tornillo en pleno aeropuerto, rodeados de gente... aunque era lo que me apetecía. Bueno, nos desquitamos en el coche mientras Drichal conducía.

Drichal nos ha encargado algo de ropa "moderna" (de imitación, por supuesto) para que le compremos en Estambul. Ya le he dicho a M. que algo de eso me compraré, para los días en que me apetece dar la nota y su respuesta ha sido "ya veremos" (lo que responde a su pensamiento "¡ni de coña!").

Mi madre nos invitó a cenar, y el pobre M. estaba NERVIOSO. Pero bueno, todos los cortes se quedan atrás con lo habladores que son Drichal y mi madre. Yo no he hablado mucho porque estoy agotadísimo física y mentalmente, de hecho he dormido en el avión, cosa que es muy extraña en mi, que soy bastante malo para eso de dormir en medios de locomoción por cierto accidente de coche cuando era pequeño...

(Fuente)

En el coche hubo muchos besos, realmente los necesitaba. Son fuente de vida. ¡Qué ganas de estar en Estambul y despertarme cada día con sus besos!

jueves, 23 de agosto de 2007

Haciendo las maletas

Estoy haciendo las maletas. Bueno, la maleta, en singular.

Mañana vuelo a Madrid y el lunes volamos M. y yo a Estambul. ¡Qué ganas!

Estoy tan nervioso que no consigo hacer la maleta. ¡Y mi maleta no tiene nada!

miércoles, 22 de agosto de 2007

Ciertas cosas no tienen precio

Hay momentos en que haces algo que te pide el cuerpo o que te dicta tu conciencia y, sin valorar sus consecuencias, tienen más alcance de lo que esperabas. El famoso efecto mariposa.

Hoy recibí otro mail en contestación al que le envié a la maciza caribeña. Hay párrafos que es mejor transcribir:

La computadora está en el piso de arriba y mi abuelo hacía como 1 año que no subía las escaleras, porque usa bastón, y todos le hicimos fiesta porque las subió para ver las fotos jeje... Al comienzo cuando le comenté que habías escrito no quiso que le leyera el mail (Aquí entre nos; es porque le daba pena llorar ante mi) Pero luego entre juegos le leí un poco de lo que me decías y le mostré las fotos…

…me pidió que le tomara unas fotos nuevas para enviártelas, realmente se emocionó mucho, y también me contó cómo fue la historia de amor de tus padres…

Fue muy lindo que mi abuelo me contara esta historia; a él le cuesta establecer largas conversaciones porque tuvo un accidente cerebro vascular hace 5 años, que le afecto la parte del lenguaje; sin embargo ¡me la contó con total fluidez!

Así que sin pretenderlo, a este hombre se le ha dado una pequeña alegría contándole lo que les quería mi padre y lo que sigue queriéndoles mi madre a pesar de que no nos hayamos visto desde hace más de 30 años y vivan al otro lado del océano.

Hay ciertas cosas que no cuestan nada y que no tienen precio.

... que son todos de su condición.

Hoy he desplegado algo más de mi “misteriosa vida” ante Bruce en el trabajo.

Lleva unos días presumiendo que va a recibir hoy al aeropuerto a una extranjera a la que ha conocido de no sé qué manera rocambolesca y que ya le dijo que entre el aeropuerto y el apartamento al que va la mujer van a hacer “una parada técnica… para fol***” (será si ella quiere, digo yo).

Así que le he dicho esta mañana: “Oye, Bruce, iras preparado ¿verdad? Ya sabes, siempre sexo seguro”. Y me respondió que por supuesto, que no solo llevaba condones, sino que además llevaba “anillos vibradores”. Le advertí que llevase alguno de repuesto por si “se le acababa la pila”, ya que él “aguanta mucho” (pude decir eso sin reir). Lo siento, no pretendía ser cruel, pero es que me lo puso en bandeja.

Después le pregunté si llevaba un lubricante…y de qué tipo era. Me dio hasta la marca. Como era de esperar, ese tipo de preguntas causó muchísima sorpresa en él, y se volvió a reafirmar en que soy un golfo, porque si no, no sabría “tantas cosas tan especializadas” (eso no lo dijo delante de mi, claro está). Mis compañeros informadores se partían de risa.

Investigando mi vida secreta

Lo único es que no valoré la reacción que esto produjo en una compañera. Me dijo que yo tenía mucho más morbo porque no se sabe nada de mi vida privada, no como el amigo Bruce, que cuenta hasta cuando va a mear. ¿Me convertiré en objeto de investigación? Eso me recordó que uno de mis antiguos jefes me dijo muchísimas veces que le gustaría saber la “vida paralela que llevaba”.

martes, 21 de agosto de 2007

Piensa el ladrón...

Hoy le conté la historia del correo electrónico de ayer a uno de mis compañeros del trabajo y se le ocurrió hacer una prueba con otro compañero (llamémos a este segundo compañero Bruce, como Bruce Willis).

Bruce es el típico vacilón que hay en muchos sitios que está presumiendo continuamente (y casi de manera enfermiza) de sus conquistas. Mejor dicho, de los polvos que echa. Cada día viene contando que la tarde anterior ha foll*** con dos o tres diferentes "y nunca repite". (Será por algo que nunca repite, digo yo). Además dice que se dedica a ligar por Internet y que se fol** a unas tías impresionantes.

Ya ha llegado a un punto en que hasta nos hacen gracia las historias que cuenta, con las orgías que monta en el sur de la isla junto a sus amigos y las amigas de sus amigos… La verdad es que siempre creemos que Bruce folla la mitad de la mitad. Además, el día que conocimos a su mujer nos explicamos en parte la personalidad del muchacho: su mujer tiene mucho carácter… y él es un perrito cuando está con ella. Todas esas fantasías son una forma de evasión para él, al menos así lo vemos algunos.

Le enseñé la foto de la caribeña maciza y me dijo "esa foto la has sacado de la página XXX". Y después fue diciendo por la oficina que yo visitaba las mismas páginas que él, y que en realidad soy un golfo, aunque parezca que no he roto un plato en mi vida.

Nota post-comentarios: después de leer los comentarios de starfighter y alejandro, me doy cuenta de que parece que me he mosqueado con Bruce. Nada más lejos de la realidad, me ha hecho mucha gracia que crea que soy igualito que él: un vacilón, que se inventa toda su vida "B".

lunes, 20 de agosto de 2007

Día de sorpresas

Hoy fue un día de sorpresas.

Por una parte, uno de mis jefes (al que ya me he referido en otras ocasiones, el del queso y jamón) me agradeció los servicios prestados el pasado viernes. Me sorprendió que el viernes, me llamara para un trabajo para el que yo no estoy, en teoría. Pero me explicó que "le doy confianza en sí mismo". ¡Hoy me lo ha agradecido!

Por otra parte, el gran jefe suplente también me ha agradecido los servicios prestados el viernes, y para colmo me ha ¡pedido disculpas! por haberme puesto en un compromiso con el anterior por ciertos hechos que ocurrieron durante nuestra aventura del viernes.

En el trabajo más de lo mismo. Estoy hasta la p**** estos días. Necesito un cambio o unas vacaciones.

Por último, al mirar la cuenta de correo electrónico me encontré con un mail de la nieta del amigo de mi padre al que escribí hace unas semanas y que me llamó hace unos días. Como sus abuelos y el correo electrónico están peleados me escribe ella. Una verdadera belleza caribeña muy simpática (al menos en el mail) que me ha enviado fotos de la familia para que se las enseñe a mi madre y mi hermana, que son quienes más les conocieron, ya que se marcharon de España antes de que yo naciera.

He hecho lo propio y les he enviado unas fotos nuestras.

domingo, 19 de agosto de 2007

My baby just cares for me

Continuación de la entrada anterior es esta. Solamente una letra y un video:



My baby dont care for shows
My baby dont care for clothes
My baby just cares for me
My baby dont care for cars and races
My baby dont care for high-tone places

Liz Taylor is not his style
And even Lana Turners smile
Is somethin he can't see
My baby dont care who knows
My baby just cares for me

Baby, my baby dont care for shows
And he dont even care for clothes
He cares for me
My baby dont care
For cars and races
My baby dont care for
He dont care for high-tone places

Liz Taylor is not his style
And even Liberace's smile
Is something he can't see
Is something he can't see

I wonder whats wrong with baby
My baby just cares for
My baby just cares for
My baby just cares for me

Llueve en la ciudad y en mi alma

Estos días de dolor de cabeza y comedura de tarro son muy malos. Encima estoy solo en Las Palmas y el tiempo está otra vez completamente nublado. Incluso chispea de vez en cuando.

Ayer hice sufrir a M. sin querer: le dije que hay momentos en los que pienso que él sería más feliz si no me hubiera conocido o si no nos hubiéramos enamorado. Lo digo porque pienso que ahora le hago sufrir mucho estando tan lejos de él físicamente. Sé que estamos cerca, mejor dicho, estamos juntos espiritualmente, pero la lejanía física hace que suframos ambos. Cuando nos conocimos ya había aprobado la oposición y cabía la posibilidad de que me marchase de Madrid.

De hecho, rechacé alguna relación o rollete, no sé lo que pudo llegar a ser, porque estaba hecho polvo, después del esfuerzo de estudiar y la tensión de los exámenes y la espera. Pero con M. hubo algo, una fuerza insuperable que me lanzó sobre él (metafóricamente hablando y un poco físicamente, que soy muy cortado para estas cosas).

De hecho, aun recuerdo la primera vez que me acerqué a él físicamente, después me fui recriminando haberlo hecho todo el camino a casa, porque cabía la posibilidad de que me marchase a medio plazo. "No debías haberlo hecho" me dije, pero no pude evitar hacerlo.

Pero la fuerza que me juntó a él era insuperable, superior a cualquier fuerza de la razón. No pude resistirme a su encanto, a su presencia, a su mirada, a su charla…

Después he pensado que él se merece alguien mejor, alguien que le pueda ofrecer lo que se merece, no un coche viejo que se rompe a las dos semanas de dejárselo y una relación a distancia esperando un traslado continuamente. Se merece alguien que le dé el cariño que se merece en vivo y en directo. Se merece alguien que esté a su nivel cultural. Se merece a un tío físicamente espectacular para estar al nivel de su mirada infinita. Se merece a un tío que no le dé quebraderos de cabeza con las vacaciones. Se merece a un tío que tenga la sensibilidad para apreciar sus poesías en todo lo que valen (que valen mucho). Se merece a un tío que aprecie el valor único de su mirada infinita y se lo demuestre.

Me veo pensando en él cada dos por tres, pensando qué estará haciendo y a veces, hablando con él cuando camino por la ciudad o cuando estoy trabajando. Le he enseñado mil sitios en mi imaginación y he pasado miles de horas con él. Conoce la ciudad y mi trabajo tan bien como yo, al menos en mi espíritu.



Como se puede ver, aun estoy un poco triste, a pesar de que ayer mi crisis estaba peor. ¿Será este tiempo puñetero? ¿Esta luz gris que hace que yo me sienta gris? ¿Será que este modo de vida que tenemos el que hace que la autoestima se rebaje al minimum minimorum?

Hasta qué punto llega la baja autoestima, que incluso llego a estar tentado de tomarme una pastillita de viagra para darle una alegría "especial". (En la entrada anterior Erdeyvi me ha dejado un mensaje advirtiéndome de los peligros de la pastillita aul, tanto con como sin receta. No te preocupes, que solamente ha sido una tentación.)


M. se merece lo mejor, porque es el mejor.

sábado, 18 de agosto de 2007

Qué poco le ha durado el coche

Pobre M.

Hace un rato me ha llamado con la voz trémula porque el coche se ha estropeado. Estuve demorando dejárselo hasta haber pasado la ITV y ahora que la pasó satisfactoriamente... el coche parece que ha petado. Por lo que me cuentan es el embrague, así que habrá que ver si vale la pena o no vale la pena arreglarlo.

Me fastidia mucho, porque era un factor más para la independencia de M. Para que no se tenga que dar las palizas que se da en autobús y metro o para que vaya a comprar con tranquilidad al supermercado y pueda llevar peso.



¿Me puede arreglar el coche?


El lunes va a ir un amigo suyo con otro amigo que es mecánico. ¡A ver qué le cuentan!

Encima sigo con la cabeza petada.