Hoy he desplegado algo más de mi “misteriosa vida” ante Bruce en el trabajo.
Lleva unos días presumiendo que va a recibir hoy al aeropuerto a una extranjera a la que ha conocido de no sé qué manera rocambolesca y que ya le dijo que entre el aeropuerto y el apartamento al que va la mujer van a hacer “una parada técnica… para fol***” (será si ella quiere, digo yo).
Así que le he dicho esta mañana: “Oye, Bruce, iras preparado ¿verdad? Ya sabes, siempre sexo seguro”. Y me respondió que por supuesto, que no solo llevaba condones, sino que además llevaba “anillos vibradores”. Le advertí que llevase alguno de repuesto por si “se le acababa la pila”, ya que él “aguanta mucho” (pude decir eso sin reir). Lo siento, no pretendía ser cruel, pero es que me lo puso en bandeja.
Después le pregunté si llevaba un lubricante…y de qué tipo era. Me dio hasta la marca. Como era de esperar, ese tipo de preguntas causó muchísima sorpresa en él, y se volvió a reafirmar en que soy un golfo, porque si no, no sabría “tantas cosas tan especializadas” (eso no lo dijo delante de mi, claro está). Mis compañeros informadores se partían de risa.
Lleva unos días presumiendo que va a recibir hoy al aeropuerto a una extranjera a la que ha conocido de no sé qué manera rocambolesca y que ya le dijo que entre el aeropuerto y el apartamento al que va la mujer van a hacer “una parada técnica… para fol***” (será si ella quiere, digo yo).
Así que le he dicho esta mañana: “Oye, Bruce, iras preparado ¿verdad? Ya sabes, siempre sexo seguro”. Y me respondió que por supuesto, que no solo llevaba condones, sino que además llevaba “anillos vibradores”. Le advertí que llevase alguno de repuesto por si “se le acababa la pila”, ya que él “aguanta mucho” (pude decir eso sin reir). Lo siento, no pretendía ser cruel, pero es que me lo puso en bandeja.
Después le pregunté si llevaba un lubricante…y de qué tipo era. Me dio hasta la marca. Como era de esperar, ese tipo de preguntas causó muchísima sorpresa en él, y se volvió a reafirmar en que soy un golfo, porque si no, no sabría “tantas cosas tan especializadas” (eso no lo dijo delante de mi, claro está). Mis compañeros informadores se partían de risa.
Investigando mi vida secreta
Lo único es que no valoré la reacción que esto produjo en una compañera. Me dijo que yo tenía mucho más morbo porque no se sabe nada de mi vida privada, no como el amigo Bruce, que cuenta hasta cuando va a mear. ¿Me convertiré en objeto de investigación? Eso me recordó que uno de mis antiguos jefes me dijo muchísimas veces que le gustaría saber la “vida paralela que llevaba”.
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