Llegamos bastante pronto así que aprovechamos muy bien el día. Nos registramos en el hotel, que estaba en pleno centro y devolvimos el coche en la oficina de alquiler a cinco minutos andando. A unos 30 metros del hotel estaba el final de una de la líneas de "cable car", esos tranvías que suben las escarpadas cuestas gracias a un sistema de cables que van por debajo del asfalto.
En ese final de línea, dos operarios giraban una plataforma para reorientar el vagón, ya que circula en un solo sentido.
Plataforma de cambio de sentido
Cable car sobre la plataforma
Empezamos cerca del hotel visitando las manzanas a su alrededor, sonde había bellos teatros de principios del siglo XX o edificios como este, dedicado en exclusiva a consultas médicas y cuya fachada y entrada estaba decorada con motivos aztecas.
A continuación fuimos al barrio chino. Muchísimo más bonito que el de Nueva York. Con bonitas tiendas donde M. y yo compramos un cuadrito y nuestras amigas ropa diversa. La verdad es que nos quedamos con ganas de comprar unas lámparas muy bonitas.
Allí se puede comprobar el contraste contínuo en los Estados Unidos: una vista del la Pirámide Transamérica desde el barrio chino.
Las calles completamente adornadas:
La primera central de teléfonos del Pacífico, donde se hablaban hasta cinco dialectos chinos.
Eso sí, también comen comidas chinas de verdad, y en una de las calles, venden todo tipo de alimentos: vegetales, pescados y ranas enormes ...
Hay que aparcar con las ruedas giradas para evitar sorpresas si falla el freno de mano.
La "Coit Tower" que me hacía sentir en la películas de Harry El Sucio.
Cenamos en un restaurante donde nos dieron una riquísima "Clam Chowder" (crema de almejas) típica de la zona.
2 comentarios:
San Francisco es una de las pocas ciudades de Estados Unidos que me llama la atención para visitarla. Me encanta la mezcla anglosajona, hispana, asiática y demás, mucho mejor llevada que en Los Ángeles.
Y las fotos estupendas ;)
I left my heart in San Francisco...
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