Hoy tuve el TAC que ordenó ayer el urólogo por la tarde. Había que ir con 6 horas de ayuno, así que tuve que comer prontísimo y, por prudencia, comí poco.
Como por la tarde no iba a hacer nada en especial decidí que podía llevar a M. a su casa, pero como no lee los mensajes hasta mucho después de haber salido del cole se ha enterado cuando estaba llegando a su casa. Así que por la tarde me he escapado a su casa un ratito muy corto. Entre nieves, coles y pruebas no le había visto desde el domingo por la mañana.
Después volví a casa, recogí mis papeles y me marché al hospital a que me hicieran el TAC. Fue más corto de lo que esperaba: un contraste, 20 minutos en el aparato y a casita.
Me ha llamado Juan y dice que cada vez se va ajustando todo con el diagnóstico que me dio el primer día.
Al salir del metro para ir al hospital estaba diluviando. Estos días son un poco asquerosos. No, si cuando yo digo que quiero unas Navidades con calorcito me llaman loco y yo creo que estoy muy cuerdo.
Mañana vuelta al trabajo. Voy a ver cómo respondo en el trabajo y cómo me sienta el viaje en metro, etc. Si me sienta bien no hay problema, pero si no me sienta bien iré al médico de cabecera para exponerle todas las pruebas y pedirle la baja médica.
Ferragosto
Hace 3 meses
2 comentarios:
Pues sí: ¡lo primero es la salud! Ánimo y un abrazo
Yo he pasado la Navidad en verano los primeros 29 años de mi vida.
Te digo que es una gloria tirarse al sol un 25 de diciembre sabiendo que el maravilloso verano está por delante.
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