Expando la entrada de la pasada madrugada.
Llegué a la iglesia donde se celbraba ala boda y me encontré con mis amigos. Por supuesto, yo era el más guapo y el más elegante de todos. No pude quedar con M. porque él fue a comer a la Pradera de San Isidro y no pudo entrar al metro por la cantidad de gente que había. No pedí ir con él a la boda porque dadas las creencias de mi amigo y de su novia se podían sentir muy incómodos. Quizá cometí un error, pero el que decide se puede equivocar, o no.
El primer mosqueo fue que llegó el novio con su familia y al saludar a la madre del novio me dijo que organizar la boda había sido "un coñazo". Frase poco propia de esta señora tan bien hablada, habitualmente. Además iba de negro riguroso (color que suele estar vetado en las bodas).
La celebración fue larguísima (90 minutos) y bastante rollo. Empezó con unos ¿cantantes? de allende los mares, que se creían Joan Baez guitarra en mano. Por favor, ¿no se podría volver al latín y a la música de verdad? ¡Qué coñazo!
El segundo mosqueo vino por el lugar donde se situó la madre del novio: detrás de mi, que estaba en la segunda mitad de la iglesia. El padrino fue el padre de la novia y la madrina fue una tía del novio, no su madre.
Tuvimos que ir hasta el hotel (en la Gran Vía) en metro, porque ayer estaba cortada completamente por San Isidro.
Hubo un cóctel en la terraza, con unas vistas espectaculares.
Durante el cóctel mis amigas me piden que les presente a la madre del novio para dale la enhorabuena por la boda y la respuesta de la madre del novio fue una media sonrisa y un "bueno, bueno". Nada más. Muy poco entusiasmo.
En el banquete, la intención de mi amigo fue buena: nos sentó con chicas (por supuesto) que estaban buenísimas (la verdad es la verdad) y con mucho atractivo. Es decir, tenían atractivo físico e intelectual ¡qué desperdicio! De todas formas no hubo mucha mezcla entre nosotros, porque unos hablamos de trabajo (creo que fue un medio de defensa) y las otras hablaron de su vida espiritual cuando les preguntamos. Al volver a casa, mi antiguo jefe me dijo que ese era la "gran pega" que tenían esas muchachas. Él no se mete a tirarle los tejos a una de estas chicas ni loco.
Curioso es ver la cantidad de invitados en sus 18 ó 20 años, que pegaban muy poco con el estilo de los anfitriones, en sus treintaymuchos. Parece que son los pupilos que tiene mi amigo en su grupo. Eran una pandilla de pseudo ni-nis que por sus conversaciones (uno de mis amigos les escuchó hablar en el baño) se deben estar matando a pajas esperando el momento de casarse y poder f*llar como Dios manda. La verdad es que no pegaban mucho con él.
Entre medias me llamó mi compañero y sin embargo amigo del trabajo para decirme que prácticamente se han cargado a mi jefe ¡por sorpresa!
Durante el baile estuve hablando con el hermano del novio (al que también conozco) y terminó diciéndome que no me fuera sin despedirme de él, cosa que recalcó mucho. Al marcharme me fui a despedir y ahí me ctomó por banda y me dijo "por favor, saca a mi hermano de vez en cuando de la secta. Trata de invitarle a cenar, pero sácale de la secta de vez en cuando. Está dejando la música, a los amigos, inluso a veces el trabajo por la secta. Por favor, sácale de vez en cuando de la secta."
Por los hechos anteriores deduzco que a la familia del novio no le ha entusiasmado la vida que está llevado mi amigo tan integrado en la secta.
domingo, 16 de mayo de 2010
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6 comentarios:
Supongo que hablarás del Opus o de esa secta mexicana.
Qué feo.
Si el hermano de tu amigo te pide eso, buffff. Que peligro. A mí las bodas últimamente me da una pereza, incluida la mía no creas ;)
Querido Eleuterio no has dado ni una identificando la organización en particular. ;)
star imagínate cómo está la familia con estos...
No es por ser pesimista, pero a ese no le sacan ya de la secta ni con desatascador
Bueno, no acerté pero es feo igual estar en esa situación o ver, impotente, que otro lo está.
(Palabra de verificación "Culag"...no comments).
No siendo yo ni anticlerical ni anticatólico, que ahora es "lo correcto", lo que no soporto es a los de las guitarritas ¡Qué horror, qué espanto! Eso si que es un signo de decadencia de los tiempos, que desde Tomás Luís de Victoria la música en nuestras iglesias haya venido a degenerar de semejante forma. Eso sí que ofende no sólo al Señor sino a la decencia y al buen gusto, y no lo que cada uno haga en su casa y con quien le de la gana.
Luego lo de las "sectas" estas ultramontanas, pues cada uno es muy libre de hacerse de esto o del Hare Krisna, pero que no den la paliza ni los unos ni los otros y nos dejen en paz a los demás.
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