jueves, 9 de abril de 2009

... y en algunas a calderadas

El otro día hablaba sobre mis queridas tías monjas. Especialmente dos de ellas: la talibana y la hermana mayor de mi madre.

Decía que con mi otra tía monja "es buena, aunque se enfrió algo a raíz de algunos episodios ocurridos durante la enfermedad de mi padre". Esa tercera es hermana de mi padre, así que tengo monjas en ambas familias.

Mi padre y mi tía se llevaban de cine. Supongo que influyó que ambos se vinieran a Madrid desde Canarias en los años 50 y que en Canarias solamente quedó una hermana. A mi tía la visitábamos, la llamábamos, nos llamaba y venía a nuestra casa. Recuerdo incluso cómo de pequeño escribí una carta de felicitación a una de las monjas de su convento para felicitarle el día del Pilar. Era una monja encantadora y la queríamos muchísimo. Incluso mi tía nos ocultó su muerte...

En el año 2004 a mi tía la operaron de la cadera, que tenía destrozada. Le pusieron una prótesis y le funcionó muy bien. Eso sí, la anestesia le sentó mal y dijo que no quería comer. Mi padre se marchaba cada día al hospital a la hora de comer para darle de comer en persona. Volvía a casa y otra vez marchaba por la tarde para visitarla junto con mi madre. Así durante un par de semanas. Cuando se la llevaron al convento, mi padre la visitaba a menudo (cada dos o tres días porque el convento está a 40 km) y la animaba a comer y/o cenar. Apenas un año después mi padre empezó a tener los síntomas del cáncer de próstata y de su metástasis ósea, que fue lo que dio las pistas en el diagnóstico. Le pusieron un tratamiento que le recuperó durante un año, aproximadamente, pero en noviembre de 2006 empezó a empeorar a ojos vista.

En enero de 2007 su cuerpo se empezó a descontrolar y su mente también. Fue triste. Mi madre estaba sola en casa, mi hermana venía todos los días antes o después del trabajo, pero era mi madre quien estaba sola aquí. En marzo de 2007 sufrió una rotura del fémur debido a que el cáncer óseo devoraba los huesos. Murió el 10 de abril de 2007 tras casi un mes en el hospital.

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Edito:
Precisamente hoy leo en el periódico la noticia de que han encontrado nuevas moléculas para tratar aquellos tumores de próstata que se hacen resistentes a los tratamientos hormonales.
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Pues en esos meses en los que mi padre estuvo en casa muy enfermo y en el hospital mi tía le visitó apenas dos o tres veces. Cada visita duraba diez minutos. Una vez mi padre parecía dormido y en cuanto se marcharon se despertó. Le "regañé" argumentando que estaba dormido mientras estaba su hermana allí y su respuesta fue "total, para cinco minutos". Me dejó de piedra. En medio de su confusión mental, se había dado cuenta perfectamente de que su hermana había ido una o dos veces antes y que había estado cinco minutos.

A mi hermana, mi madre y a mi nos extrañaba este comportamiento, porque siempre había sido muy cariñosa, especilamente cariñosa.

Durante ese periodo estábamos preocupados (mi madre se subía por las paredes) porque mi casa es muy pequeña y no está preparada para tener a alguien con una silla de ruedas. Nos dijeron que en cuanto se recuperase de la operación por la rotura de fémur le iban a enviar a casa. Al final no pudo ser ya que mi padre no salió del hospital.

Durante el funeral mi hermana escuchó (por casualidad) una conversación entre una compañera de su trabajo y mi tía: las monjas tienen una residencia para familiares de las propias monjas donde se atendían casos como el de mi padre. Estancias temporales para personas mayores que se han roto un brazo o una pierna y necesitan cuidados. Mi tía no nos había dicho ni pío y cuando esa chica se lo dijo, mi tía respondió nerviosa y mirando a ver si alguien de la familia la estaba escuchando.

Ayer fui a ver a mi tía (que mira que está lejos la jodía a pesar de estar en la provincia de Madrid) y estuvimos charlando un rato. Me preguntó por el estado de mi madre y le contesté que estabámos un poco revueltos ante la llegada del segundo aniversario de la muerte de mi padre (mañana). A eso me respondió mi tía:

"- ¿Cuándo es el segundo aniversario, el 17?
- No, el 10, pasado mañana, el Viernes Santo.
- ¡Ah! Ya decía yo que era por estas fechas."

Me dejó anonadado. No se acordaba de la fecha de la muerte de su único hermano. El hermano que ha tenido más cerca durante cincuenta años en Madrid y veintitantos años bajo el mismo techo en Canarias.

Me quedé muy triste.

4 comentarios:

Niniel dijo...

A veces, estas cosas pasan. Hay personas que se desviven por cuidar a sus seres queridos y luego, cuendo ellos necesitas de esa ayuda, son ignorados.

Sé que para ti son unas fechas tristes, pero debes animarte.

Besos.

starfighter dijo...

La vida nos da unos palos que, a veces, no entendemos. Cuídate y anímate, aunque las fechas no ayuden mucho.
Un abrazo ;)

rickisimus2 dijo...

Pues usualmente a mi la Semana Santa me encantaba. No sé el porqué. Me gustaba especialmente la unión entre música y liturgia.

Hace dos años vivimos nuestra "pasión" en Semana Santa, así que trae malos recuerdos.

Gesualdo dijo...

Los recuerdos salen a veces asociados a cualquier cosa, fechas lugares, situaciones. En fin, hay que tratar de quedarse sólo con los de los buenos momentos pasados con nuestros seres queridos.

Un Abrazo