Hay cosas en el trabajo que me cabrean MUCHO. Y cuando digo MUCHO es que si no insulto al implicado es por educación y por evitar que me denuncien.
La situación es la siguiente: un ciudadano llama por teléfono a la Administración para consultar cómo realizar un trámite. Hasta ahí todo normal. Un funcionario (en este caso yo) le contesta, pero para que no le quede ninguna duda le envía un correo electrónico del tipo:
"Después de la conversación telefónica que acabamos de mantener le envío adjunto la solicitud que ha de cumplimentar y le recuerdo que cuando la entregue debe acompañarla del documento X".
A los cuatro días recibo un correo electrónico respuesta que dice:
"Le agradezco la información y le ruego me confirme que junto a la solicitud debo entregar el documento X".
Como el tío ha respondido a mi correo, veo exactamente el texto que le envié justo debajo de la pregunta que me repite.
En ese momento respiro, me levanto, me doy una vuelta hasta la impresora, vuelvo y me pregunto: ¿Le digo al tío que lea el correo original? ¿Le pregunto si es imbécil? ¿Le digo que está confundido para tomarle el pelo? ¿Paso de él?. Pues yo me contengo y le respondo: "Tal y como ya le dije en mi correo de 8 de enero... y repito la frase".
¿Es que la gente no lee lo que se le escribe?
Ferragosto
Hace 3 meses
1 comentario:
La gente ni lee lo que se le escribe ni escucha lo que se le dice. A veces creo que alguna gente simplemente es así, necesitan confirmar, y confirmar, y confirmar, hasta sacarte de quicio.
Animo y dejalo pasar, no merece la pena.
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