(Fuente)
Es curioso que me suele ocurrir una vez al año: me siento unos días lleno, un día no puedo comer nada y al día siguiente tengo una diarrea sin dolor. Entonces me siento de maravilla. Pienso que el cuerpo echa fuera todas las toxinas que le vamos metiendo a lo largo del año.
Ayer era, de hecho, el "último" día de vacaciones de Navidad porque M. empezaba hoy a trabajar. ¡¡¡Qué pocas ganas tenía el pobre!!! No es que yo tenga muchas más. Ahora me gustaría coger un avión e ir a algún lugar cálido, donde echar una siestita al sol junto a M. y que nuestra mayor preocupación fuera decidir dónde ir a cenar.
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2 comentarios:
Yo también me apunto al viaje cálido y tumbarme en una playita. Como decía Mokko, no peso nada, soy muy simpatico y tengo buena conversación, jejejeje (y creo que todavia puedo entrar en una maleta, salir es otra historia). Tampoco tenía ganas de venir a trabajar hoy; tan pocas que anoche me quede frito viendo la tele, cosa rara en mi. Quiero más vacaciones.
"El efecto boa" con tu permiso me quedo con la expresión. Podemos eludir la báscula pero los agujeros del cinturón son implacables.
Saludos
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