Día de aclaraciones

Escribo fatal, lo sé. Las preguntas que me han hecho mokko (¡felicidades de nuevo!) y starfighter me lo demuestran.

Creía que lo había contado poco antes del primer examen, allá en septiembre. Pero como soy muy torpe con la pluma, esto, ehhhh, perdón, con el teclado (que a lo de la pluma le sacarán punta) lo explico.

Hace unos años hice una oposición. Trabajo en Las Palmas de Gran Canaria. Después de pu*adas varias de mi amado jefe y coincidiendo con la enfermedad de mi padre pedí el traslado a los madriles. No me lo dieron porque a mi jefe se le metió entre ceja y ceja que yo no me marchaba de aquí... pero como yo soy más tozudo me salió una "oportunidad" (si se puede llamar así): hacer otra oposición en un centro de la Administración para el que trabajé como externo. Ya conozco el trabajo, que es muy especializado.

El otro día hice el primer examen de la oposición y lo pasé. La semana que viene tengo el segundo examen. Y hay más... (siempre que vaya aprobando, claro).

Hace poco tiempo me concedieron un traslado a Madrid tal y como ya había pedido. Claro que me hubiera venido mucho mejor cuando mi padre estaba vivo... pero eso ya no se puede arreglar. Ahora bien, ¿por qué renunciar a seguir con la segunda oposición? Si apruebo... tendré que elegir.

La novedad es que hoy me han llamado del Ministerio: el Jefe está muy preocupado porque se ha enterado de la oposición y piensa que les puedo dejar "colgados". Ahora me están llamando para preguntarme cuándo me incorporo al trabajo en Madrid porque están muy agobiados y se han agobiado más cuando han visto que puedo no ir.

No dejo de pensar que es exagerado. No me veo tan buen trabajador como para que me reclamen de tantos sitios. Pero también me ha dado un subidón de autoestima, tengo que reconocerlo.

Les he dicho la verdad: ya que ahora iré a Madrid a trabajar, pero no voy a renunciar a seguir con la oposición. Nada más.

Como esta conversación la tuve en presencia de algún compañero de la oficina, he decidido contarle la historia bien, porque hasta ahora yo no había soltado prenda. Y se han quedado bastante alucinados.
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Nota: me siguen dando expedientes en el trabajo. Casi me entra la risa floja porque ya no estoy haciendo ninguno. Estoy haciendo instrucciones sobre cómo resolverlos.