Pues M. se ha marchado a Manchester a ver dos conciertos de su querido Morrissey. Así que me quedo un poco ... raro. Hace mucho que no nos separamos.
En el trabajo me siguen amenzando con la mudanza y yo les sigo diciendo que me muevan todo, pero que en el camino se pueden perder expedientes (¡ah, se siente!) y no pienso mover un músculo. A mi el despacho me la trae floja, pero lo que me jode es el vaivén, "como este es tonto le vamos metiendo en el despacho que hay libre, y circula como la falsa moneda". Pues no montaré ningún pollo, pero haré resistencia pacífica (o resistencia funcionarial).
Con el puñeter* realdecretodeloscojones he hecho un informe en contra de algunos puntos del informe que me han hecho. NO estoy de acuerdo y no quiero asumirlo como propio, porque no puedo defenderlo. Así que mañana tendré un poco de guerra en la oficina. Lo tengo claro, la culpa es de Bush.
La compañera que me está ayudando cada vez me alucina más. Hoy me ha enseñado "trucos" del Outlook. Ha empezado la base de datos que necesitaba. Ha hecho un trabajo que es un coñaz* y lo ha hecho dos veces (se me olvidó darle una notificación) y bien.
Ferragosto
Hace 3 meses
3 comentarios:
Ah, la resistencia pasiva cuando uno es empleado en una
institución...sigue siendo el mejor método de lucha, lo sé como ex maestro de escuela y como coreuta ahora.
Entiendo lo de ilustrar el post, pero ¿tenía que ser el ex-presidente? De sólo verlo me sale urticaria.
Yo conozco a un funcionario que le trasladaron de planta y se negó. Lleva dos años sentado en una habitación en la que sólo hay una silla y un perchero. Se pasa las mañanas bostezando y leyendo el periódico.
Y no me lo invento.
Y no me tires de la lengua que estoy casado con una funcionaria y me pierdo cuando me sacan el tema.
Jaja. Lo de la resistencia pasiva da mucho juego.
Pernam creo que eso puede estar causado por:
1.- un funcionario gilipollas
2.- una situación gilipollesca no producida por el funcionario de turno.
Espero ser de los segundos.
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