Ayer volví al trabajo después de dos meses de baja. ¡Madre mía! No sé si he hecho bien... jajaja. La mesa hasta los topes, mucho trabajo atrasado y deseos de que volviera por la compañera que me ha estado sustituyendo.
Una noticia buena es que me he encontrado hecho un buen informe sobre mis intenciones al redactar el realdecretodeloscojones. Ahora empezarán las negociaciones con la propia administración, porque hay mucho inmovilista en los ministerios. Pero hemos llegado a un informe de máximos: vamos a pedir lo máximo porque siempre habrá tiempo de recortar cosas. Me queda mucho trabajo, por ejemplo, ver qué legislación hay que modificar si todas las propuestas se llevan adelante, pero tengo la mayor parte en un borrador...
Al llegar a casa estaba mi sobrino (benditos 20 años), al que mi madre invitó a comer. Le vi triste y cariacontecido: le había dado otro ataque de ansiedad en el metro. Ya le he dicho que su subconsciente le está enviando mensajes y que debe aprender a interpretarlos. Creo que es muy exigente consigo mismo, y encima le va bien: aprueba todo (o casi todo) con muy buenas notas en la universidad, entrena duramente y corre maratones y... nada más. Todo eso le absorbe completamente.
Mi pobre M. está malito. Está con la garganta fastidiada así que hemos cenado, hemos visto un poco la TV y se ha ido a la cama prontito.
Ferragosto
Hace 3 meses
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