jueves, 29 de abril de 2010

Qué cansancio

Hoy he trabajado, pero también he dedicado a hacer alguna cosa personal. He imprimido un pequeño regalo para mi madre: encontré hace meses un libro que había escrito mi abuelo en 1899 y pensé que le gustaría tenerlo. Después he ido encontrando incluso cartas que escribía a investigadores cuando se dedicaba a buscar inscripciones antiguas en los alrededores de donde vivía. Es curioso ver cuál era uno de los grandes problemas en ese momento: obtener buenas fotografías de las inscripciones para lo que había que tener, en primer lugar, cámara fotográfica.

¡Qué cansancio!

No hay comentarios: