Lo malo es que está un poco retirada del centro y hay que coger el metro o un autobús. En el metro yo perdí una lentilla. Así que fui un poco “tuerto” esa mañana. Fuimos por los barrios adyacentes y volvimos al hotel a descansar. Por la tarde dimos un buen paseo por las orillas del Cuerno de Oro.
El sexto día fuimos a hacer un crucero por el Bósforo. Es un ferry que hace una visita panorámica por el Bósforo. Llega hasta Anadolu Kavagi,que es el penúltimo pueblo que hay antes del Mar Negro. Desde una antigua fortaleza se puede contemplar un vista del estrecho y el Mar Negro. Fue el estrecho por donde pasó Darío, rey de los Persas con un inmenso ejército, de Asia a Europa.
(El Mar Negro al fondo, con buques que van y vienen)
Por el camino se ven unas mansiones impresionantes y se cruza debajo de un par de puentes que unen Europa y Asia, lo que siempre impresiona.
(Puente Boğaziçi sobre el Bósforo)
Allí comimos un pescaíto frito que estaba muy rico, aunque el rebozado era un pelín pesado.
Por la tarde fuimos al hammam que nos había recomendado el camarero.
El séptimo día estuvimos dando una vuelta por el barrio de Gálata. Nos sentamos en una terraza a tomar un té y se sentó a nuestro lado un cámara de TV que estuvo charlando con nosotros. Después ¡nos invitó! Así que le dimos las gracias. Nunca me había pasado eso en España.
Esa tarde M. casi se compra una alfombra, creo que estaba yo más animado que el vendedor, pero me dijo que tenía muchos gastos y que no quería. ¡Lástima!
Por la tarde fuimos al hammam que nos había recomendado el camarero.
El séptimo día estuvimos dando una vuelta por el barrio de Gálata. Nos sentamos en una terraza a tomar un té y se sentó a nuestro lado un cámara de TV que estuvo charlando con nosotros. Después ¡nos invitó! Así que le dimos las gracias. Nunca me había pasado eso en España.
Esa tarde M. casi se compra una alfombra, creo que estaba yo más animado que el vendedor, pero me dijo que tenía muchos gastos y que no quería. ¡Lástima!
(Vista de Santa Sofía desde la Omar Teras)
Cenamos en la Omar Teras de nuevo, y reservamos mesa para tenerla junto a la ventana, con las vistas que son muy especiales para M. y para mi.
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