miércoles, 1 de agosto de 2007

Lanzarote

Ayer vine a trabajar a Lanzarote. Bueno, estoy tratando de trabajar lo menos posible porque después “ni pagado ni agradecido”. Encima voy a palmar algo de dinero porque el hotel sobrepasa ligeramente la dieta.

Eso sí, pago la diferencia por tener estas vistas desde el hotel.









Hoy visité la Fundación César Manrique. Es absolutamente ESPECTACULAR. Me emocioné mucho (ya, ya sé que estoy muy llorón) porque es algo completamente diferente de lo que había visto hasta ahora. Una casa sobre una burbuja volcánica. La casa del artista durante muchos años. La casa es de tipo conejero tradicional pero la parte inferior se adentra en las grutas creadas por la lava volcánica.

Aprovechó los jameos (son burbujas cuya parte superior se ha desplomado, con lo que quedan al aire) para hacer la piscina y una zona de relax. En alguno de los jameos plantó un árbol, que salía por encima del nivel del suelo.

Asombroso.

Tanto en el jardín como en las cercanías están sus juguetes del viento, esculturas dinámicas que se mueven aprovechando el viento constante que hay en esos lugares.






Hay un espacio (creo que era el cuarto de baño) con un inmenso ventanal abierto a la corriente de lava volcánica. La sensación de inmensidad era terrible. Ahora se utiliza como sala de exposiciones, y el paisaje era un cuadro más.


Bajar a la zona de los jameos se convirtió en una experiencia inigualable. Están unidos por túneles excavados en la lava que van dando paso a las diferentes estancias y a la piscina.


Me emociona mucho la genialidad. Siempre me ha emocionado, y ahora que estoy especialmente sensible, me emociona muchísimo más.

Eso sí, me siento solo.

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